PUNTO DE ENCUENTRO

Sí es su chance, presidente

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El presidente está enojado. Le molestan enormemente las críticas que se hacen respecto del mal manejo de la emergencia sanitaria. No le gusta que se publique información sobre el escaso número de vacunas que se han aplicado y que nos tiene en el deshonroso penúltimo lugar del continente americano en vacunación anticovid. Está furioso con la gente —así lo dejó ver en su última aparición pública— porque no se llega a vacunar y ni modo que la vaya a “traer de la cola”.

' Solo el gobierno de Honduras lo ha hecho peor que el de Guatemala.

Marielos Monzón

Solo el gobierno de Honduras lo ha hecho peor que el de Guatemala. Pero compararse con el peor de la clase no es ningún consuelo y menos cuando en el mismo salón (Centroamérica) hay dos países con condiciones similares que nos llevan por mucho la delantera. Costa Rica ha inoculado con dos dosis al 12% de su población y El Salvador al 11%. Bastante atrás está Belice, con el 2.8%; y en la cola —aquí sí corresponde el término—, Guatemala y Honduras, con el 0.36% y el 0.28%, respectivamente.

Pero dice el presidente que él más no puede hacer. Que no es su “chance” lograr que la gente se vacune. Y que si hacen falta dosis, no es su responsabilidad. La culpa la tienen el mecanismo Covax, que “no cumple”; los rusos, que están atrasados con los envíos; y los gobiernos de los países ricos, que acapararon las dosis. De autocrítica, ni la sombra.

No dice el presidente que la mayoría de vacunas que se han recibido son gracias al Covax. Y tampoco que las negociaciones y la firma del contrato con Rusia son de la absoluta responsabilidad de su gobierno. Si bien en lo del acaparamiento de las dosis tiene parte de razón, nada dice respecto de la más que tardía gestión de Guatemala para obtener las vacunas. Seamos claros: las condiciones adversas de negociación alcanzan a todos los países pobres. Sin embargo, los resultados obtenidos son muy distintos, y esto se explica por la eficiencia de las estrategias de gestión de los gobiernos.

Nosotros tenemos a un presidente que dice que la vacunación no es su responsabilidad, que receta ivermectina como sustituto de la vacuna y que prefiere continuar con una estrategia fallida en lugar de cambiar el rumbo, aunque esto suponga que se multipliquen los contagios, aumenten las muertes, el sistema de salud continúe colapsado y la situación económica siga agravándose.

Si la gente no llega a los centros de vacunación no es porque no quiere, presidente. Hay una multiplicidad de factores que inciden en lo que está ocurriendo. El primero, y más evidente, es la dificultad que representa para la mayoría de la población acceder al registro de vacunación. Como apunta la doctora Karin Slowing, “solo el 17% de los hogares que tienen a alguien mayor de 70 años en el país tiene internet”, lo que explicaría en parte por qué hace falta cubrir a más de 400 mil adultos mayores con la primera dosis de la vacuna.

Las inexactitudes y falsedades oficiales, como se señala en una de las notas periodísticas de la serie Vacunas ¡YA!, de Prensa Libre, es otra de las razones. Nunca se desarrolló un plan de comunicación estratégica, y a estas alturas aún está pendiente de aprobarse la campaña masiva de información sobre el proceso de vacunación para llegar al grueso de la población.

A la desinformación se suman las contradicciones permanentes entre funcionarios, los anuncios fallidos sobre la llegada de las vacunas y las explosiones de ira presidencial, que cada vez minan más la credibilidad en el Gobierno.

No se equivoque, presidente. Nadie quiere que nos siga yendo mal en el manejo de la pandemia. Si el plan trazado no está funcionando, va siendo hora de cambiar radicalmente la estrategia y conseguir lo más pronto posible la inmunidad colectiva frente al covid. Aunque no le guste, ese es su chance, señor Giammattei.

ESCRITO POR:

Marielos Monzón

Periodista y comunicadora social. Conductora de radio y televisión. Coordinadora general de los Ciclos de Actualización para Periodistas (CAP). Fundadora de la Red Centroamericana de Periodistas e integrante del colectivo No Nos Callarán.