Catalejo

TSE quiere Q258 mil por hora, es decir 2,500 millones al año

El borrador que envió el TSE al parlamento, es eso: un borrador mal hecho y presuntamente acordado con congresistas.

El Tribunal Supremo Electoral sugirió el miércoles tener a su disposición 2,500 millones de quetzales, 2% del presupuesto nacional, equivalentes a Q285 mil por hora, suficientes para pagar unos 342 maestros por minuto. El apresuramiento de la presentación de ese proyecto de 32 páginas y muy técnicamente preparado, obliga a pensar para no caer en inocencia política, en un acuerdo o una burla de ellos para presentar una moción imposible de ser comprendida por los diputados integrantes de la comisión encargada de reformar la Ley Electoral, cuyo evidente motivo es eliminar casi todos los aspectos positivos de la ley actual, ya cambiada hace pocos años, y borrar o dejar inútiles los beneficios tan atacados durante la innombrable campaña pasada.


El documento se presentó en forma súbita y no fue repartido previamente para facilitar los comentarios y críticas, sobre todo de la prensa escrita independiente, a la cual se le tiene especial inquina porque, a diferencia de los medios electrónicos, permanece a través de la historia del país. Dicho borrador consta de 34 páginas con un total de 31 cambios a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP), presentada por la presidenta del Tribunal Supremo Electoral. Blanca Alfaro, al diputado Nery Ramos.


Por supuesto, en las consideraciones afirman tener como meta “permitir condiciones de certeza, seguridad, inclusión y transparencia dentro del ámbito electoral” y esos fines en la teoría son aceptables, pero la principal duda se mantiene. ¿Serán posibles? ¿O son atol con el dedo?

Hubo 1,200 sugerencias de diversos sectores sociales, pero es imposible conocerlos, analizarlos y criticarlos o aceptarlos en menos de cien días.


Por elemental lógica, el proceso de cambios a la LEPP debe ser cuidadoso y el tiempo es un factor fundamental. Ponerle límites arbitrarios es colocarse en la antesala del fracaso. Otra manera de asegurarse ese resultado es darle la responsabilidad a una comisión de diputados cuya ignorancia de la política es enorme a causa de ser politiqueros representantes de partidos sin representación ciudadana. Son simples seguidores de alguien o, si mucho, un reducido grupo ya sea de ambiciosos o de teóricos ajenos a las múltiples realidades del país en lo social, étnico, económico, educativo, y también con poca educación general a causa del mayoritario desastre del sistema educativo nacional. Algunos de los temas son falaces, en el sentido de parecer razonamientos correctos, pero al analizarlos sobresalen los errores, la ignorancia o la mala fe. El voto en el extranjero, por ejemplo. No dice cómo se organizarán, dónde, cómo serán los centros de voto. Y todo lo dan a la responsabilidad de una sola persona. Hubo 1,200 sugerencias de diversos sectores sociales, pero es imposible conocerlos, analizarlos y criticarlos o aceptarlos en menos de cien días. Los temas se dividen en sistema electoral, organizaciones políticas, partidos y comités cívicos, financiamiento y medios de comunicación, fortalecimiento de la autoridad electoral y proceso electoral. Muy bueno, pero etéreo.


La propuesta se centra en aspectos administrativos y de otro tipo, pero en realidad la esencia de los cambios necesarios y esperados por el público está ausente o es muy poca. El aumento del presupuesto es uno de los ejemplos para enojar y cansar al electorado, lo cual se une a algunas promesas específicas no cumplidas por Bernardo Arévalo, las cuales son el motivo principal de los ataques muchas veces anónimos de sus adversarios. El punto principal no se refiere a la persona del presidente, sino a los efectos contrarios al país. Estas personas considerarán un artículo como este un alabo al actual gobierno, pero en realidad constituye una crítica para mostrar acciones equivocadas o contraproducentes para evitar una nueva terminación fuera de programa, con efecto de empeorarlo todo aún más.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.