CATALEJO
Un imán musulmán confirma los temores
La derrota en Afganistán de Estados Unidos, representante del Occidente cristiano, no solo significó la vergonzosa derrota militar y la entrega de valiosas armas estadounidenses, sino la entronización de los musulmanes fanáticos talibanes. Significa la aplicación a niveles absurdos de las palabras del Corán y del profeta Mahoma. Algunos analistas occidentales califican a la religión musulmana como tolerante, y en efecto el Corán habla de la igualdad entre el hombre y la mujer, aunque ella debe obedecer al esposo. Los matrimonios no son decididos por los novios, sino por el novio y el protector de la novia. Sin embargo, en la práctica es otra cosa. Transcribo el sermón de un imán, autoridad religiosa, porque insisto en lograr voces de apoyo para las afganas.
Dice el imán: “En el Islam el hombre tiene un altísimo valor. En términos generales, Alá prefirió a los hombres antes que las mujeres. El sexo masculino es mejor que el sexo femenino, tal como está escrito en el libro de Alá. Pero los judíos y los cristianos desean ver disminuido vuestro valor, ¡Oh, hombres! Aparecieron haciendo llamados en favor de la ‘igualdad de los sexos’, lo que significa que ustedes deberían estar a la par con las mujeres, que hombres y mujeres debieran tener los mismos derechos y deberes. Esto es algo que solo un lunático sin cerebro podría sostener. Uno de los grandes valores del Islam es que el varón es grandioso y que una mujer tiene importantes obligaciones hacia su hombre y a una mujer debería serle muy difícil vivir bajo estas obligaciones hasta la muerte”.
Continúa el imán: “Ella no podrá llegar a cumplir realmente todas las obligaciones que tiene con su marido. El profeta Mahoma dijo ‘si hubiere de ordenar a cualquier ser humano que se incline ante otro, habría que ordenar que las mujeres se inclinasen ante sus maridos’. Así de importantes son las obligaciones de la mujer hacia su marido. Para demostrar la importancia de las obligaciones que tiene la mujer ante su marido, el profeta Mahoma dice que si un hombre tiene una herida en cualquier parte de su cuerpo, aun cuando su mujer lamiera con su lengua la pus rezumante de la herida, todavía no habrá podido vivir a la altura de las obligaciones que tiene hacia él.” A mi parecer, estas frases no dejan lugar para ningún tipo de beneficio de la duda, aunque sean interpretaciones torcidas pero útiles cuando las escuchan hombres sumisos y acríticos.
Voces de los héroes
Conforme pasan las semanas han aumentado las voces de los héroes anónimos en cuyos hombros descansa la tarea de enfrentarse de forma directa al coronavirus en cualquiera de sus manifestaciones. Como siempre, el gobierno no ha puesto atención, sobre todo después de haber decidido dejar a cada uno de los ciudadanos la responsabilidad del cuidado y prevención. Obviamente, ha sido un fracaso por razones de falta de vacunas, de lugar para atender a los enfermos en los hospitales, donde algunos lugares sirven para atender casos de otras enfermedades y de víctimas de accidentes debidos a conducir en estado de ebriedad.
Los médicos, enfermeras y demás personal ven con horror el aumento de casos y la terrible proyección para finales de año, con mayores efectos a causa de las absurdas decisiones de no vacunarse, porque no quieren, no creen, porque un pastor los convenció, etcétera. Médicos guatemaltecos residentes en otros países, por conocer la situación de la salud del país, han pronosticado desde hace meses la gravedad del presente y del futuro, con sus efectos en todos los campos: social, económico, y se llenan de frustración y de dolor porque muchos de ellos sin duda se unirán a la lista de héroes por desgracia olvidados en poco tiempo.
Los ciudadanos conscientes debemos hacer escuchar nuestra voz a través de mensajes por redes sociales. Son una fuerza indudablemente positiva cuando no se usa con malos fines. La principal exigencia es aclarar la verdadera situación de las vacunas Sputnik, centro de un evidente negocio sucio con participación de altos funcionarios. Los valientes integrantes de los servicios de salud merecen saberse apoyados, y también ser la fuente de reducciones de los trámites burocráticos, con la debida vigilancia de ciudadanos ajenos a la burocracia. Esto debe ser así porque no hay confianza en las instituciones estatales y sus dirigentes.