Catalejo

Una semana muy agitada por decisiones sorpresivas

Con la inesperada partida del doctor Francisco Villagrán de León, Guatemala pierde, estoy seguro, a su mejor diplomático.

El súbito despido de la ministra de Comunicaciones fue el hecho más difícil de comprender de la semana pasada, sobre todo porque la ahora exfuncionaria estaba en confrontación con las empresas del llamado Corredor Verde (CV), cuya reputación no es sólida, la cual se declaró en quiebra, pero renació al momento de la salida. Se agregó otra atropellada decisión: la de la comuna capitalina, al concesionar para siempre a esa misma empresa una carretera privada, a cambio de construir, según su criterio y sin conocimiento de nadie, al puente del periférico y la residencial Bran. El viernes se supo del inesperado y lamentable fallecimiento del doctor Francisco Villagrán de León (*), experto diplomático de larga amistad y ahora consejero de Bernardo Arévalo.

Con la inesperada partida del doctor Francisco Villagrán de León, Guatemala pierde, estoy seguro, a su mejor diplomático.

Es un enredo entre el gobierno, TuMuni y una empresa constructora matriz, la cual de inmediato agradeció al gobierno. El boletín oficial fue hecho público mientras el presidente estaba en Tapachula para visitar al presidente López Obrador, quien mencionó su idea de agrandar a Guatemala la ruta del Tren Maya, cuestionada por los irreparables daños ecológicos a toda esa zona. El anuncio oficial respecto a la ministra Jazmín de la Vega fue grosero y preocupante. Señala haber sido “removida” (quitada por ser un inconveniente) porque “incumplió instrucciones del presidente…). Cuando alguien no perteneciente al oficialismo acepta colaborar, al ya no ser necesario debe ser informado, para permitirle presentar una carta de renuncia. Pura cortesía.

Ese áspero tono del texto abre la puerta a considerar arrebatada la decisión y crea dudas sobre las razones de removerla cuando confrontaba a la constructora CV y se había colocado ante el público con la imagen de estar luchando contra acciones corruptas. Si la exfuncionaria lo decide, puede hacer públicos los indudables entretelones, talvez oscuros, acerca del tema de la constructora. Ella dejó de tener obligación moral ni legal de guardar silencio y su caso puede ser un ejemplo para el resto de ministros y de encargados de puestos importantes, así como de quienes alguna vez han pensado en aceptar algún cargo público. Ya no lo harán. Esto se agrava cuando en las filas oficialistas no hay suficiente número de miembros para ejercer bien los cargos.

Otras complicaciones: el pintoresco alcalde de Mixco prometió el año pasado una “supercarretera” entre Villalobos, San Cristóbal y Majadas, pero según su vocero, los planos los tiene la empresa CV, entre cuyas obligaciones está realizar los trámites, aún no iniciados, como dice Emetra. TuMuni debe otorgar las licencias, lo cual no se puede porque aún no se han comenzado los trámites, firmados —otra rareza— por un arquitecto, no un ingeniero estructural. ¿Desde cuándo se hace? Es más preocupante la imposibilidad de intervención de la comuna para autorizar el puente, porque al ser un donativo será construido según la voluntad del propietario de CV. Ahora, el alcalde Quiñónez debe explicar cómo justifica su decisión de la carretera privada y actuar rápido porque la muni ya tiene los pies en el charco.

El acuerdo edil con CV la obliga a gastar 16 millones de quetzales a cambio de lucrar para siempre con esa carretera, algo exageradamente beneficioso y misterioso. Ante este maremágnum, por lógica elemental Quiñónez está obligado a eliminar esa decisión hoy mismo y esperar a las autorizaciones. El puente Bran debe ser financiado por el gobierno: el problema es nacional porque los embotellamientos en muchas horas del día abarcan toda la calle Martí, el periférico y el puente El Incienso. Para los vecinos de la colonia afectada, salir o ingresar es un calvario desde febrero, hace casi tres meses al ser destruido el puente, es una odisea salir a cualquier punto de la ciudad o del país. Esta fue, queda claro, una muy agitada semana para los guatemaltecos conscientes y preocupados por el manejo de los gobiernos nacional y capitalino.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.