… Si el gobierno de Giammattei es capaz de emprender una tenaz lucha contra la corrupción y la impunidad que supere con creces lo alcanzado por la Cicig y el MP en tiempos de Iván Velásquez y Thelma Aldana, aunque ello implique confrontar a los integrantes y defensores del Pacto de Corruptos. Si le imprime un rumbo distinto a la Nación, con base en una visión sociopolítica y ética orientada a una sociedad donde la justicia social y la libertad estén integradas para abrirle paso a una sociedad participativa, incluyente, equitativa, sin explotados ni explotadores; si logran entre los tres organismos del Estado implementar estrategias eficaces que garanticen la aplicación de la justicia para todos y el combate de las redes criminales incrustadas en el Estado y en la sociedad.

Si no se somete a los poderes militares responsables de los hechos más sangrientos del pasado que siguen impunes e hicieron de Jimmy Morales un fantoche para desgracia del país; si demuestra absoluta independencia ante el Cacif, pues más que cumplirle a los empresarios y financistas de sus 20 años de lucha por llegar a la Presidencia le cumple al pueblo empobrecido, largamente engañado y utilizado por una clase política sin escrúpulos. Si no se deja arrastrar por los intereses electoreros de Donald Trump y declara nulo el acuerdo de Tercer País Seguro, poniéndose del lado de los migrantes y sus familias que huyen de la miseria, la pobreza y la violencia.

Si promueve y defiende la vida humana desde su concepción hasta su ocaso natural, y la familia, tesoro de la sociedad; si da resultados tangibles en el combate de la desnutrición infantil entre los pueblos indígenas y campesinos; si promueve servicios sociales sin artimañas corruptas ni clientelares, poniendo en práctica inmediatamente procesos de salud para todos, educación transformadora que empodere a la gente, vivienda digna para los pobres, trabajo decente y salarios justos. Si da prioridad al bien común de todos los guatemaltecos antes que a los intereses del sector privado, de modo que atienda las necesidades de los más pobres: campesinos, indígenas, obreros, ancianos, discapacitados, jubilados y pensionados; si focaliza su atención en los jóvenes, abriéndoles campo para su formación y trabajo, en los pobres haciéndolos protagonistas de su propio desarrollo integral, en la mujer propiciando su participación libre y digna en la sociedad, en los movimientos populares no criminalizándolos, sino involucrándolos en la construcción de una Guatemala solidaria y equitativa.

Si promueve la pequeña empresa y toda actividad empresarial como espacio para el crecimiento económico y el desarrollo del ser humano, como servicio a la sociedad y no lugares de explotación donde trabajan por salarios miserables. Si respeta y apoya la decisión de los pueblos que rechazan las industrias extractivas de metales y los monocultivos que generan riqueza para unos pocos, pero división y pobreza para la mayoría; si es el principal custodio del medioambiente, garantizando un desarrollo humano intergeneracional.

Si convoca a un gran diálogo nacional cuyos resultados sean vinculantes e involucre a todos los sectores del país, migrantes, pueblos y culturas; si impulsa una nueva ley electoral y de partidos políticos, para llegar a una Asamblea Nacional Constituyente que dé vida a la configuración de un Estado promotor del desarrollo del pueblo reflejando la pluriculturalidad de la Nación; si promueve una reforma fiscal seria y justa, de tal modo que paguen más los que más tienen. Si es capaz de impulsar acciones abiertas a la solidaridad con todos los pueblos del mundo, particularmente con los que sufren pobreza, hambre, migración y exclusión social; si se opone claramente a las intervenciones militares y a la guerra en cualquier parte del mundo, apostándole al multilateralismo en el concierto de las naciones, rechazando toda forma de imperialismo de los países más desarrollados, especialmente de EE. UU.