Catalejo
Viajes presidenciales: fuente de apoyo o rechazo
Para salir del país, los presidentes necesitan objetivos específicos pero además ser explicados a la ciudadanía.
Al respecto del viaje a Europa programado para hoy, Bernardo Arévalo por un lado expresó ayer en forma directa su decisión de cancelarlo, “muy probablemente por el momento”, pero por otro, en la misma conferencia lo condicionó al resultado del amparo presentado por el sector privado ante la Corte de Constitucionalidad. Este resultado “generaría condiciones para que yo pudiera viajar”. La CC tenía pocas horas para decidir, no lo hizo, y entonces la cancelación quedó firme. Por cierto, es problemático el uso del modo condicional verbal (ej. Podría, saldría, vendría) o el pretérito (dijera, muriera), pues provocan dudas y no tienen la claridad del indicativo (presente, en este caso). La gramática sirve para no dejar dudas a lo expresado o escrito…
Para salir del país, los presidentes necesitan objetivos específicos pero además ser explicados a la ciudadanía.
Las palabras presidenciales no mencionaron la segura crisis causada por las lluvias recién empezadas y sobre todo anunciadas porque dejan serios daños de origen natural, junto con los terremotos, cuyo combate a sus consecuencias es una tarea justificada de un primer mandatario a la cabeza del gobierno, como ya ha ocurrido en algunas ocasiones. Al momento de escribir esta columna, a las 7 pm de anoche, la CC no había tomado la decisión, pero si esta fuera tomada, el resultado sería negativo para Bernardo Arévalo porque a partir del 15 de enero ha realizado siete viajes, dos de ellos a Europa (el último hace pocos días), y esto permite comentar algo al respecto de los análisis necesarios previos a los viajes al exterior de los presidentes guatemaltecos.
En el mundo actual los viajes de los mandatarios, primeros ministros o monarcas constituyen una realidad y al mismo tiempo una necesidad, pero no dejan de ser acciones políticas cuyo fin es lograr beneficios, aunque sean solo en promesas. Se caracterizan por su mínima duración y porque necesitan objetivos específicos. El último ejemplo de un viaje justificado lo constituye la visita de la reina Letizia, de España, quien estuvo menos de 72 horas en Guatemala, con el fin de visitar los avances y logros de la cooperación de su país, así como de conocer personalmente a algunos beneficiados. Pero estos periplos pocas veces son justificados a los ojos de los ciudadanos de países como el nuestro, con serios problemas políticos y económicos, entre otros.
En la práctica, solo han tenido promesas de resultados los viajes presidenciales a partir del 15 de enero pasado, es decir cinco meses. Es el segundo a Europa, donde ya estuvo cuatro semanas después de tomar posesión. En ambos ha demostrado su interés porque Guatemala y él sobresalgan con su presencia fuera del país, donde tiene experiencia por su carrera de funcionario internacional. El tema de Lituania serán los logros contra la corrupción, necesitados de ser conocidos aquí. Al respecto de la salida del ministro de Salud, es extraño por qué solo se refirió a su salud (valga la redundancia) y no a haber sido citado docenas de veces al Congreso, sin agenda clara y solo con el fin de no dejarlo trabajar, como hace años hizo la entonces diputada Roxana Baldetti.
El ambiente interno de Guatemala no es propicio para salir del país. El gobierno se debilita, los ministros son despedidos o renuncian, el Congreso está abiertamente en contra, como las cortes Suprema y de Constitucionalidad, más el Ministerio Público. Esta situación convierte al viaje en una fuente de molestia, si no de rechazo, y sobre todo otorga municiones a sus enemigos jurados y sus adversarios, así como a quienes se sienten molestos y entristecidos porque son demasiados los errores cometidos por el equipo de gobierno y los asesores, de dudosa capacidad en demasiadas ocasiones. La realidad le hace verse obligado a rechazar las sugerencias de sus asesores para aceptar salidas. La población, en general, las considera pérdida de tiempo por no ser explicadas.