MIRADOR

Y los hijos se hacen hombres

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Querido Pablo, amado hijo:

Hoy cumples 18 años. Como todo papá, medité largamente qué era lo “adecuado” para regalarte en ese trance a la mayoría de edad. Pensé mucho, hasta advertir que la juventud de hoy tenéis de todo y es muy difícil encontrar algo que os sorprenda, así que llegué a la conclusión de que cualquier obsequio material estaría desfasado rápidamente por una nueva versión, y posiblemente desplazado al olvido. Decidí, por tanto, que debía buscar algo que permaneciera con los años y que en el futuro siguiera ahí, además de que fuese original y solamente yo te lo pudiera dar. Algo personal, duradero -ojalá eterno-, inmaterial, que no caduque y que te sirva para siempre. Así que opté por escribirte esta columna que supongo quedará eternamente en la hemeroteca.

' No tengas miedo de actuar, ten siempre fe en ti mismo y pon toda tu capacidad, esfuerzo, tesón y pasión en cuanto hagas.

Pedro Trujillo

Cruzas una línea imaginaria a la que inexorablemente el tiempo y la ley te empujan. Pasas a ser plenamente responsable de tus actos y nosotros, tus padres, quedamos legalmente al margen de tus decisiones y acciones ¡No es poco ese trascendental paso! Podrás —y deberás— decidir libremente qué hacer, pero tendrás que responsabilizarte totalmente de ello. Sin embargo, no tengas miedo de actuar, ten siempre fe en ti mismo y pon toda tu capacidad, esfuerzo, tesón y pasión en cuanto hagas. No hay sueños imposibles, que nadie te disuada de lo contrario ni mucho menos limite tu horizonte, por muy lejano que sea. Recuerdo un consejo que mi papá -tu abuelo- me dio más o menos con tu edad y que lo he tenido siempre presente: “Tú puedes con eso y con mucho más”, te lo paso para que nada te frene en la vida.

Cometerás errores, aprende de todos ellos, mira a los ojos —con la frente en alto— y pide disculpas las veces que sea necesario. Perdona siempre —sin límites—, ahí encontrarás gran parte de la grandeza humana y acrecentarás tu humildad y tolerancia. En la vida hay tiempo para casi todo, especialmente para equivocarse varias veces y reconducirse. Se siempre ético y correcto, te pondrán muchas veces a prueba y encontrarás piedras que dificultarán tu camino. La vida es de largo plazo y se requiere un esfuerzo diario y continuado no un empujón puntual. La constancia genera más frutos que la inmediatez; la actitud rinde más que la aptitud; el dinero no lo es todo ni siempre lo más importante; el honor, una vez perdido, no se recupera jamás. Busca amigos y una pareja que sumen, apoyen, compartan y te quieran como eres sin fijarse en lo que tienes; lo material es variable, la esencia humana es para siempre.

Respeta al prójimo como quieres ser respetado y piensa que cualquier persona es como tú y tiene seguramente las mismas ilusiones y deseos que tú tengas. Sepárate de la violencia y de los violentos, y jamás olvides que el respeto a la vida es un valor absoluto muy superior a cualquier derecho. Viaja, conoce el mundo, estudia y aprende de otras culturas porque nadie tiene la verdad plena. Solamente una vez se cumplen 18 años, pero también en una sola ocasión se puede tirar todo por la borda.

Tu mamá, tus hermanos y yo te amamos y nos sentimos muy orgullosos de quién eres y especialmente de quien llegarás a ser, y aquí estaremos para ti, como siempre ha sido, independientemente de la edad que tengas, porque los hijos son eternamente hijos.

En definitiva, hijo mío, sé un hombre adulto, responsable y correcto. Ríe siempre y disfruta la vida que te mereces, nosotros, tus papás, te amamos con todo nuestro ser ¡Feliz cumple, Pableras!

ESCRITO POR:

Pedro Trujillo

Doctor en Paz y Seguridad Internacional. Profesor universitario y analista en medios de comunicación sobre temas de política, relaciones internacionales y seguridad y defensa.

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