CATALEJO
Trump retrocede por los comicios-plebiscito
Desde las 22 horas de anoche, aunque aún no se conocían los resultados totales de las elecciones de medio término en Estados Unidos, convertidas en la práctica en un plebiscito respecto del presidente Trump, ya él y el oficialista Partido Republicano habían perdido el Congreso, lo cual es una derrota imposible de calificar de resultado positivo, como lo hizo el mandatario. Los oficialistas mantuvieron el Senado, lo cual había sido previsto por analistas desde hace algunos días, pero evidentemente los sectores moderados del partido, por mucho tiempo casi silenciosos, necesitan convencer al magnate residente en la Casa Blanca de no actuar de la manera ruda e irrespetuosa practicada desde el inicio de su mandato, para estupor del mundo occidental.
Pese al resultado, el discurso de odio contra los emigrantes indocumentados, acusados por el presidente de casi todos los males del país, probó ser efectivo. Un reporte de CNN le daba al 80% de los republicanos ese tema como la principal razón para ir a votar, mientras para los demócratas eran los temas sociales afectados por las leyes aprobadas. Pese al posible rechazo al tema de los emigrantes indocumentados, todavía es demasiado pronto para saber cuáles serán los cambios en la política de Washington, donde sin duda habrá sido visto con preocupación el aparecimiento de grupos de civiles armados y con el apoyo de drones para acorralar y tal vez disparar contra estas personas desarmadas. A esto se une la presencia de soldados con las tácitas órdenes presidenciales de abrir fuego.
Pese al resultado, los indocumentados dentro de Estados Unidos pueden estar en mayor peligro si los seguidores republicanos deciden unirse en grupos de matones. Aunque sean capturados y juzgados, la exagerada posibilidad de interpretación legal de jueces y la responsabilidad dejada en manos de jurados muchas veces sin capacidad para entender, es un hecho la permanencia del temor de los hablantes del español como lengua materna, o lengua enseñada por padres y abuelos. El riesgo de ataques por el simple hecho de hablar español ha aumentado.
Quienes participaron, sin duda, tomaron en cuenta el estilo de gobernar diametralmente opuesto al del resto de los presidentes, demócratas y republicanos. No puede dejar de mencionarse su odio a la prensa independiente, tan similar a la de los dictadores históricos, latinoamericanos y del resto del mundo. Se puede mencionar además su rechazo a las organizaciones internacionales políticas económicas, culturales, ambientalistas, etc. Todo fue creando un ambiente de dudas entre los ciudadanos, y ante ello, muchos decidieron ya no apoyar, con sus votos o su ausencia de las urnas. Si las tendencias se mantienen, ese resultado negativo le permitirá aplicar aquel viejo adagio según el cual los hombres sabios se reponen de una derrota y los otros no se reponen de una victoria.
Desde la perspectiva internacional, el mundo occidental observó con estupor el tema de los inmigrantes indocumentados, no porque sea importante política, económica y militar, sino por las implicaciones posibles, así como la confiabilidad y la credibilidad de la gran potencia ahora manejada por personas reacias a ver los cambios en el mundo actual ni la posibilidad de afianzar alianzas directa o indirectas, sobre todo con enemigos históricos, no solo adversarios. A pesar de esas proyecciones, los republicanos deben presionar al presidente para actuar de manera serena, porque a 29 años del fin de la Guerra Fría, las potencias emergentes en Asia podrán unificarse contra una Europa con signos de decadencia económica y unos Estados Unidos virtualmente al garete. A causa de la tendencia los centroamericanos –con o sin documentos— se arriesgan a más maltratos.