SI ME PERMITE
Como un río este año se va, sereno o caudaloso
“Siempre hay que saber cuándo una etapa llega a su fin. Cerrando ciclos, puertas; no importa el nombre, lo que importa es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya se han acabado” Paulo Coelho
Lo vivencial del tiempo transcurrido es diferente para cada uno de nosotros porque cada quien tiene un criterio de lo que se esperaba lograr en este año, ya estamos iniciando el último mes y para algunos fue un tiempo gratificante porque además de haber vivido todo lo rutinario, cada uno de nosotros ha podido hacer aquellas cosas que más le satisface, pero para otros es muy posible que haya elementos de este año que han dejado un mal sabor por no haber logrado lo que planificaron o bien situaciones imprevistas que también dejaron un mal sabor.
Para ser realistas el avance del tiempo no es lo mismo para quien está en una espera y pareciera que las manecillas del reloj no hay modo que avancen, para que puedan llegar a lo que tanto están esperando. Pero seguramente para aquellos que están disfrutando un momento con amigos o seres queridos pareciera que el reloj está acelerado más de lo usual. El reloj es el mismo pero el estado de ánimo y la ocupación en la que estamos hace una diferencia muy marcada.
Al haber iniciado el último mes del año no podemos ignorar que nos queda muy poco para vivir de este año y debemos aceptar que este año ha comenzado a terminar. Muchos tendrán la oportunidad de planificar momentos alegres y estar en reuniones de amigos para la celebración del fin de año y la espera de un nuevo año lo cual no solo es normal, sino también es gratificante, lo único es que si se hace esto para olvidar el tiempo que pasó del año, puede dejar un mal sabor, pero si es para compartir vivencias que pueden ayudarnos a hacer las cosas mucho mejor tiene todo un provecho que con el tiempo lo estaremos disfrutando.
Si lo que va transcurrido del año nos invita a una evaluación puede que nos ayude para que el ejercicio nos enseñe que cosas debemos cambiar para que el próximo año sea mucho mejor que este. De lo contrario podemos repetir muchos errores que con el tiempo llegan a ser un modo de nuestra vida. Cuando tomamos el tiempo para planificar nuestro próximo año a la luz de lo que hemos vivido nos podrá servir para establecer metas y esforzarnos con una voluntad disciplinada para que disfrutemos los logros que alcanzamos.
Cuando entendemos lo que hemos podido lograr y conocemos nuestras capacidades no costará mayor cosa proyectarnos de tal manera que nuestra vida sea un constante proyectar y una fructífera manera de ocuparnos para que podamos vivir motivados sin tener que siempre depender de elementos externos para estimular nuestra manera de ser.
Nuestra sociedad tristemente está tan ocupada y acelerada en su modo de ocupar el tiempo que no nos da el espacio necesario de reenfocar nuestras metas y aprender de nuestros logros alcanzados o no alcanzados en la manera como hubiéramos querido.
Debemos entender en la realidad de la vida que lo valedero no es cuanto vivimos y cuanto logramos hacer sino como vivimos y qué valor tiene lo que estamos logrando. La vida que hemos vivido este año hasta esta fecha se valora no por las cosas que más se destacan sino por muchas cosas muy pequeñas que en la suma de ellos nos hace ser diferentes.
samuel.berberian@gmail.com