PANÓPTICA
Concertación…
Mientras los hediondos termiteros de los gánsteres políticos, militares y empresarios siguen tocando fondo —Pie Grande pisando los talones de las mafias en la PNC, el Ejército, el Mides, el CIV y la SB—, las variopintas expresiones ciudadanas individuales y colectivas necesitan urgentemente construir una asamblea plural, democrática, representativa y legítima que permita ser el búnker técnico, académico y sobre todo político para plantear propuestas priorizadas de reforma/refundación del Estado.
Aunque ya existen entidades o iniciativas de la sociedad civil que han convocado a diversos actores, o que ya se están reuniendo para dialogar críticamente sobre las problemáticas de coyuntura que “rebalsaron el vaso” de la corrupción sistémica, de las aguambadas y miopes decisiones de Pérez Molina, del asalto y despojo del patrimonio público por parte de milicos transeros y de la connivencia perversa entre los “honorables” empresarios y sus empleados en el Gobierno para darle el tiro de gracia a la institucionalidad; debemos repensarnos un mecanismo funcional, dialógico y eficaz que articule y canalice el conjunto de demandas ciudadanas para traducirlas en arpones de desarrollo no negociables con los dinosaurios políticos (temerosos en el hemiciclo parlamentario, pues la ola puede arrasar con su islote de poder), y con el empresariado financista, cada vez con menor credibilidad por su vinculación con los Ciacs.
Y en este sentido, es importante reflexionar sobre las siguientes premisas: ¿Cómo no caemos nuevamente en la trampa de crear instancias de diálogo sin dogmatizar propuestas, sin abordajes estructurales, sin ideologizar temáticas, y sin tolerancia democrática? ¿Cómo recuperamos el tramo ya recorrido con gallardía de los estudiantes universitarios que demuestra madurez, trabajo en equipo y visión alternativa? ¿Cómo eficientamos las mesas de diálogo y de propuesta política, cuando la realidad social concreta se mueve a un ritmo vertiginoso, cambia en un dos por tres? ¿Quién goza de legitimidad para convocar: la Usac, el Cacif, los pueblos indígenas, la Iglesia, los periodistas, los intelectuales o los activistas de las redes sociales? ¿Cómo fortalecemos la alianza y cohesión entre las manifestaciones emergentes, mestizas y urbanas con los activismos históricos, indígenas y rurales?
No obstante, estoy de acuerdo con la reforma a las siguientes leyes: Ley Electoral y de Partidos Políticos, Ley de Compras y Contrataciones, Ley de Servicio Civil y Ley de Carrera Judicial. Sin embargo, no soy romántico y me parece que si no depuramos el Congreso y si no hacemos cambios sustantivos a la Ley Orgánica del Legislativo, el combo de leyes aprobadas será chapucero y refuncionalizará el excrementoso sistema político (los diputados no se harán haraquiri), y sobre todo no podremos llevar a cabo una Asamblea Nacional Constituyente para empezar a refundar el Estado (plurinacionalidad, seguridad democrática, revocatoria de mandato, fiscalidad integral, eliminar derecho de antejuicio y ampliar autonomías), pues la correlación de fuerzas favorece la transformación del sistema político, al tuétano.
framont@gmail.com