¿Se siente deprimido, desesperado y sin rumbo? ¿Piensa que le han robado sus ilusiones, y que difícilmente podrá alcanzar sus sueños? Pues no es el único.

Lamentablemente tenemos problemas en el país. Algunos guatemaltecos se han quedado sin empleo y existe una sensación de crisis en el ambiente.

La confrontación constante entre sectores, las falsas promesas, los señalamientos de corrupción y las críticas groseras de unos contra otros nos hacen sentir aún más deprimidos. Sin embargo, ¿no será que nos preocupamos mucho, y nos ocupamos poco?

Diciembre es un mes especial. El espíritu navideño, las vacaciones y los convivios, convierten a esta época de reflexión.

Falsamente se piensa que son las fiestas y los regalos los que nos provocan alegría durante estos días.

Ni comprando, ni tomando, ni comiendo, eliminaremos estos sentimientos negativos.

Es el compartir, el tener tiempo de conversar, y el pensar en los demás lo que causa el buen sentimiento.

Es fin de año y lo usual es hacer un balance, pedir las bendiciones y hacer promesas de cambio para el futuro.

¡Ojalá que el próximo año estemos mejor! Sin embargo, esto dependerá de acciones concretas, de lo contrario, como decimos los chapines no pasará nada. El negativismo que nos invade es bastante peligroso.

En general, somos una sociedad muy crítica, poco tolerante e impaciente.

Muchos tratan de echarle la culpa a otros, especialmente al Gobierno, sin embargo, como bien diría un funcionario extranjero, dentro de un año cambiarán de Gobierno, pero no de problemas.

Hace unos meses conversaba con un mexicano. Él me comentaba que muchos países han pasado por un ambiente similar al que estamos viviendo.

Tardamos una década para encontrarle sentido a nuestras vidas y rumbo al país, me decía, ustedes van a la mitad del camino, pero deben tomar decisiones importantes, de lo contrario pueden llegar a tener peores problemas, como Venezuela con la política, Nicaragua con la corrupción, Colombia con el narcotráfico, y Argentina con su crisis económica.

Sin embargo, siempre habrá soluciones. Ante los problemas debemos tomar acción con una actitud positiva.

Hay una canción muy bonita que Diego Torres les escribió a sus hermanos argentinos, titulada Color esperanza.

La letra de la canción llama a todas las personas que están cansadas de andar y de andar, girando siempre en un lugar.

Les recuerda que las ventanas se pueden abrir, pero que cambiar de aire depende de cada uno y que vale la pena volver a intentar.

Comenta que es mejor perderse que nunca embarcar, mejor tentarse a dejar de intentar, aunque hay que esperar… lo imposible se puede lograr y la tristeza algún día se irá.

Vale más poder brillar que sólo buscar ver el sol, es el último mensaje.

El coro repite: Saber que se puede, querer que se pueda; quitarse los miedos, sacarlos afuera; pintarse la cara color de esperanza; tentar al futuro con el corazón.

¡Animo! Esta Navidad comparta con sus seres queridos, dígales que los ama.

Deles esperanza, abra su corazón y disfrute de cada momento. Si tiene oportunidad escuche esta canción; la letra, la música y el ritmo le refrescarán el alma.

Llenémonos de ilusiones y soñemos. Si cada uno de nosotros se propone hacer algo bueno y lo logra, estaremos todos mejor. ¡Muchas felicidades!