La condena de la Historia

J.C. CAMBRANES

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Refiere Chomsky que el 12 de mayo pasado, Día de la Madre en Estados Unidos, The Boston Globe publicó su fotografía con su bebé durmiendo en sus brazos. Miles lograron huir de sus aldeas, destruidas por el ejército de Ríos Montt en 1982. Las atrocidades de los militares genocidas y sus secuaces civiles fueron apoyadas por EE. UU., deseosos de exterminar no solo a los “guerrilleros marxistas” insurgentes sino también sus “mecanismos de apoyo civil”, la población maya.

Conforme a documentación confidencial hallada en la Biblioteca Reagan, este presidente proveyó de armas y helicópteros a los asesinos. La táctica más efectiva fue utilizar Estados satélites en tareas sucias (Taiwán, Corea del Sur, Sudáfrica, y los gobiernos dictatoriales de Argentina y Chile. Pero en primer lugar Israel, como el principal proveedor de armas). Todos ellos proporcionaron instructores en operaciones de contrainsurgencia.

Según Chomsky, en 1999 el presidente Bill Clinton se disculpó públicamente por los crímenes cometidos por los norteamericanos en Guatemala, desde el derrocamiento del gobierno democrático de Jacobo Árbenz, en 1954, pero no se ha castigado a los culpables de más de 250,000 personas asesinadas y “desaparecidas”, de las cuales el 80% de ellas han sido mayas, que han propugnado por la recuperación de sus tierras ancestrales y llevar una vida digna, acorde con sus necesidades materiales.

Thomas y Marjorie Melville titularon Un Doloroso Lamento, el admirable segundo capítulo de su mencionada obra. El problema de la tierra es el vinagre en la llaga del conjunto de la sociedad guatemalteca del siglo XXI, cuando el sistema de valores del maya persiste en ser más comunal que individual. “No se debe de creer, sin embargo”, afirmaban los Melville, “que toda la población no indígena está a favor de la explotación y supresión de los mayas. Hay muchos campesinos ladinos que comparten, si no su herencia cultural, al menos su suerte. Estos son los ladinos pobres, cuyos antepasados fueron tanto europeos como mayas, que no se beneficiaron de la esclavitud de estos últimos. Estos ladinos se ven afectados por su estrecho contacto con los mayas. Comparten su pobreza, aunque no el sentimiento comunitario indígena que tiene sus raíces en un pasado común. Son más individualistas, más ambiciosos y con mayor espíritu de competencia”.

En mayo de 2013 Ríos Montt fue declarado culpable de genocidio y crímenes contra la humanidad por una honesta como valiente juez. Pocos días después la Corte de Constitucionalidad anuló la sentencia, sin saberse hasta hoy qué pasará con la histórica condena.

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