CATALEJO

Conveniente diccionario Jurídico panhispánico

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En la universidad de Salamanca y como parte de las conmemoraciones de los 800 años de vida de ese bastión cultural de la cultura hispánica, nació a la vida el Diccionario Panhispánico del Español Jurídico, en cuya redacción participaron autoridades jurídicas españolas e hispanoamericanas, integrantes de la Asociación de Academias de la Lengua Española. La monumental obra, consistente en dos tomos de mil páginas, fue dirigida por el académico español Santiago Muñoz Machado y en su redacción participaron cientos de juristas y académicos. Participaron los guatemaltecos Arkel Benítez Aguilar, Juan Luis Cano, Juan Carlos Casellas, Oscar Aníbal Escobar, Gustavo García Fong y Javier Antonio Sandoval Ruiz, estos dos últimos miembro y colaborador, respectivamente, de la Academia Guatemalteca de la Lengua.

En la ceremonia, presidida por el rey Felipe VI, estuvieron presentes los participantes en la cumbre judicial iberoamericana, y por Guatemala llegaron el presidente de la Corte Suprema de Justicia, José Antonio Pineda, y Silvia Patricia Valdés Quezada, magistrada Vocal I de la Corte Suprema de Justicia. Ese diccionario unifica los significados de términos legales empleados en España e Iberoamérica, y haber colaborado responde a la actual etapa de elaboración de diccionarios especializados, entre los cuales se puede señalar un próximo Diccionario Escolar dirigido a niños de 8 a 12 años. El presidente de la Asociación de Academias y Director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, había hecho el anuncio durante la reunión de éstas, también realizada en Madrid la semana pasada.

Las actividades mencionadas encajan en la decisión de ayudar a otorgar una característica unidad a la inmensa área geográfica mundial donde el idioma español es el oficial. No se puede olvidar un hecho histórico sin precedentes: la independencia de las provincias del imperio español ocurrió en el campo político, pero no en el cultural ni en el lingüístico, y en esa forma el idioma de un imperio se convirtió en el de una serie de repúblicas. Apenas medio siglo después, comenzó el nacimiento de las academias americanas de la lengua española. Guatemala fue la octava, en 1887, cuando pudo haber sido la segunda o tercera, a causa de la condición de liberal del régimen derivado de la revolución liberal de Barrios, y solo se pudo realizar luego de su muerte.

Debo mencionar mi sorpresa porque en el Diccionario Panhispánico del Español Jurídico no se haya mencionado en forma destacada la labor de las academias, porque estas le dan precisamente la característica de validez en España y el continente americano al término calidad, pese a lo cual hubo mucho cuidado en la debida mención de quienes hicieron suya la participación, en la parte occidental del Atlántico. Sin embargo, es innegable la utilidad de la obra para los juristas, abogados, analistas, comentaristas y, en general, la masa de los más de 400 millones de hablantes del español, y por eso tiene razón y tiene futuro la idea de otras obras panhispánicas, entre las cuales también vale la pena señalar al Diccionario de Fraseología del Español, también en ciernes.

El académico español Santiago Muñoz Machado hizo igualmente entrega a los colegas hispanoamericanos de un libro de su autoría, con el título Hablamos la misma lengua, un muy acucioso estudio sobre la historia política del español en América, desde la conquista hasta la independencia, cuyos criterios y puntos de vista sin duda alguna abrirán fuentes de discusión. Además de las conversaciones académicas entre los integrantes de ASALE, es un factor igualmente importante la convivencia personal entre los directores y presidentes, integrantes de un valioso equipo humano relacionado de manera estrecha con el idioma español, cuya importancia en el mundo actual solo se puede negar cuando hay una evidente mala intención e ignorancia.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.

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