CATALEJO

Desintegración del pseudopartido “Líder”

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LO SORPRENDENTE DE la actual desintegración de la agrupación politiquera autodenominada “partido Líder”, es el poco tiempo pasado desde sus cercanamente lejanos tiempos de efímera gloria, obtenida a base de operaciones numismáticas, no a lealtades reales. Apenas 102 días han pasado desde el 6 de septiembre, cuando se confirmó la derrota electoral anunciada por todas las encuestas ajenas a las propias, realizadas por esa alegre tropa, integrada —como también ocurre en la totalidad de otros “partidos políticos— por gente solo interesada en utilizar la acción política como forma de ascenso de la clase económica de la cual provienen. En una etapa similar se encontrará otro grupo: los integrantes del “Partido Patriota”.

DESDE HACE VARIOS años, numerosos analistas han señalado el problema causado por la extremada liberalización para crear partidos políticos, contenida en las leyes relacionadas con su formación. Guatemala pasó de una serie de condiciones difíciles de llenar, a la simple fórmula de tener cinco mil firmas de ciudadanos, así como presencia en un escaso número de departamentos del país. La consecuencia inmediata fue la creación de tribus políticas, no partidos, porque se realizaron siempre alrededor de una persona: Serrano, Arzú, Ríos Montt, Colom, Pérez Molina, Baldizón. Existen otros personajes a quienes les fracasó la compra de “partidos” oficialmente establecidos pero sin ninguna clase de existencia práctica.

LA GRAN DIFERENCIA con esta agrupación baldizoncéntrica radica en desintegrarse antes de gobernar. El Movimiento de Acción Solidaria, el Partido de Avanzada Nacional y el Frente Republicano Guatemalteco se hicieron humo después de llegar al poder. La Unidad Nacional de la Esperanza se encuentra con el agua muy cerca de la borda, cercana al naufragio, pero a mi juicio tiene grandes posibilidades de hundirse, como le ocurrirá a los patriotistas. Respecto del nuevo partido oficial, FCN-Nación, no es una agrupación formada alrededor de alguien, pero igual cae en la carencia de lo programático y sobre todo de su visión de Estado, y de la aplicación de las ideas necesarias para gobernar y hacer avanzar al país.

EL “PARTIDO LÍDER” DIO claras e inmediatas muestras de la inconsistencia de sus integrantes. Pocos días después de la desastrosa primera vuelta, ocurrió la primera fuga masiva de diez diputados. Ahora, con casi toda seguridad, otros 21 brincan afuera del cascarón, resultado de la decisión de dejarlo todo, tomada para sorpresa de nadie por el dueño y monarca absoluto, Manuel Baldizón. Ahora queda analizar con un poco de detenimiento cuál es la tarea necesaria para evitar la creación de nuevas tribus políticas, así como de convertir a las actuales en verdaderas entidades políticas. Es urgente iniciar a partir de enero una discusión pública para decidir cuáles son las condiciones para evitar la actual superpoblación de pseudopartidos.

EN TEORÍA, LÍDER AÚN tiene fuerza, pero dadas las circunstancias, es pueril no tener clara su desaparición, de la cual solo se ignora la fecha exacta. La historia guatemalteca registrará con dureza la casi increíble vida de estos pseudopartidos, de sus creadores y de quienes —verdaderos saltimbanquis politiqueros— saltaron de bandería en bandería con toda desfachatez. De este fenómeno no se escapa ninguna de las agrupaciones. La nueva realidad nacional, derivada de las manifestaciones populares en las plazas, también permite una auditoría ciudadana de las acciones de los políticos refugiados en el Congreso. No captarlo en cualquier área del gobierno puede provocar cambios similares a la expulsión de Pérez Molina y Baldetti.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.