Políticos de ciudades costeras como Houston, Galveston y Nueva York ahora lo ven con otros ojos, incluyendo Phoenix y Sacramento, California, donde los efectos nocivos del cambio climático se han evidenciado. Yo misma lo comprobé en la Reserva Nacional del Estuario GTM en el Estado de La Florida, donde la flora y fauna se está moviendo aceleradamente al norte culpa del cambio climático.

Grandes hombres de negocios como el exalcalde de Nueva York Michael R. Bloomberg; el exsecretario del Tesoro Henry M.Paulson Jr. y el exgestor de fondos de inversión Thomas F. Steyer han realizado el Informe de Riesgo del Cambio Climático, donde científicos climáticos, economistas y mediciones de riesgo sacan a luz cómo sufrirán sus economías regionales de Estados Unidos en daños a propiedades costeras por el alza del nivel del mar.

El informe ha mapeado los riesgos región por región e industria por industria y revela que para el año 2030 podría haber una pérdida de 30 billones de dólares cada año en sus ciudades costeras. Según el informe, si no se hace nada, en el 2050 los norteamericanos verán US$66 billones a US$106 billones en propiedad costera bajo el agua, con US$238 billones a US$507 billones de propiedades destruidas para el 2100. Henry M.

Paulson afirma que es una gran burbuja con riesgos enormes; una crisis que ni persona, pueblo, ciudad, ni nación puede darse el lujo de ignorar.
Guatemala no es la excepción, pues ha perdido un aproximado de US$24,653 millones en los embates climáticos. No obstante, Ana María Palomo, de la Mesa Nacional de Cambio Climático de Guatemala, nos da la buena noticia de que esta semana fue instalado el Consejo Nacional de Cambio

Climático (CNCC), incorporándose el Marn, Segeplán, Maga, MEM, MCIV, Conred, Anam, Cacif, CIG, CAG, Asorema, Usac, representantes de organizaciones indígenas y campesinas y universidades privadas.

Alejandra Sobenes, representante de Asorema y titular ante el Consejo y Palomo, como suplente, mencionan que el objetivo es coordinar todos juntos los esfuerzos nacionales para combatir el fenómeno. Felizmente, a solicitud de Asorema el Consejo aprobó como asesores permanentes al Conap, Inab e Insivumeh. En su primera reunión se resolvió que la posición de país será presentada ante las reuniones mundiales promovidas por la ONU.

Lo valioso es haber creado una instancia multisectorial y participativa para la planificación y fiscalización de las asignaciones presupuestarias de instituciones públicas, pues el cambio climático puede dañar nuestra economía, patrimonio, salud, infraestructura y desarrollo de no atenderse con los recursos adecuados. Lo siento mucho por los escépticos, pero el debate ideológico terminó.

vidamordepaz@yahoo.com