FAMILIAS EN PAZ
El camino del progreso
Los tiempos cambian, nosotros también. De lo privado a lo público, es el patrón para transformaciones profundas, y todo cambio para ser efectivo deberá afectar de manera integral al individuo, luego se verá reflejado en lo social.
Sobre esta base proponemos cinco áreas que debemos desarrollar para un progreso social y económico positivo: la primera es la aplicación deliberada de las leyes divinas en todos los aspectos de nuestra vida. Se trata de la capacidad de cada individuo de autogobernarse conforme a las leyes morales e influir en el hogar como su círculo más cercano. Nuestro actuar debe caracterizarse por un liderazgo de servicio, no por una tiranía avasalladora. Solo cuando aprendemos a desarrollar corazones de siervos es cuando podemos influir de manera positiva.
La segunda es la familia como la piedra angular para una sociedad sana. Los problemas de la comunidad son el reflejo de los problemas del hogar. Es necesario enfocarnos en ella para fortalecerla y proveerles los elementos necesarios para que puedan desarrollar individuos fuertes y comprometidos con la ética. Fue instituida para que un hombre y una mujer se unieran para procrearse, gobernar la tierra, cultivarla y gobernarla; de ahí la importancia para el desarrollo de las comunidades. Es por ello que debemos defenderla, evitando la separación de los cónyuges o de los hijos de sus padres, porque quebranta la unidad granítica de la sociedad conforme al modelo divino.
La tercera es la escuela y la iglesia como centros de equipamiento para el servicio. Es necesario el desarrollo de la ciencia para mejorar la calidad de vida de las personas, por lo cual la escuela debe ser fortalecida para que todo ser humano tenga acceso a la educación como un derecho fundamental. Por ello debemos defender la educación pública, gratuita y con excelencia. Igual importancia tiene la iglesia para instruir de forma sistemática y estratégica los valores divinos en cada individuo, ya que les permitirá aplicar los conocimientos guardando un equilibrio moral y ético.
La cuarta es la administración de la propiedad privada como elemento esencial de las relaciones personales y económicas; permiten generar patrimonio familiar generacional. Esto crea seguridad y confianza, ya que cuando hay garantía podremos ver emprendedores que desarrollan iniciativas creando riqueza y bienestar para la comunidad.
La quinta es el ejercicio del derecho y la justicia como virtudes que se viven en primera instancia en la vida privada. Su aplicación pronta y equitativa es esencial para el desarrollo individual y comunitario, ya que permite el desarrollo personal, generando una sociedad equilibrada que brinde oportunidades de desarrollo a cada individuo sin restricción alguna.
¿Queremos progresar como nación? Comencemos por nosotros mismos, con el autogobierno de nuestra vida, influyendo de manera positiva en nuestro hogar, en nuestro círculo más cercano. Cambia tú y cambiará tu entorno.
platiquemos@familiasenpaz.com