SI ME PERMITE

El libro debe ser parte de la vida infantil

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“En muchas ocasiones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida”. Ralph Waldo Emerson

Cuando estamos pensando en el futuro de nuestros niños, normalmente queremos lo mejor, entendiendo que lo que les damos podrán ser los medios por los cuales ellos lograrán por sí mismos desempeñarse y alcanzar las metas más desafiantes para poder hacer realidad cualquier sueño que tengan.

Lo anterior debe prioritariamente incluir el amor a la lectura, para que enriquezca la vida de ellos y poder así ser parte del modo de ser de ellos. Si sabemos escoger libros acordes a la edad de ellos para que puedan buscarlos y leerlos porque alguien tomó el tiempo de hacérselos gustar, el resto de la vida se les encontrará leyendo y sacando provecho de lo que leen.

Es muy común que cuando se les pregunta a los niños qué quieren que les regalen no pidan un libro porque no han sido introducidos en el placer de leer, pero aquellos que sí lo han tenido, fácilmente escogen algo para leer y lo hacen disfrutándolo.

Ese modo de ser hará una diferencia fundamental en sus años de educación formal y no importando qué carrera sigan en su profesionalización, la lectura será el aliado que les permitirá hacer la diferencia de los demás que les rodean.

Personalmente tuve la oportunidad de ver a mis niños cuando crecían. Mi esposa tomaba el tiempo de leerles algún libro propio a su nivel antes de ir a dormir. Eso solo fue el inicio y luego ellos se encargaron de escoger qué leer. Por suuesto, lo hacían con la supervisión de un mayor. Actualmente ellos repiten ese proceso con sus propios hijos y con el mismo resultado provechoso.

En esta generación, la mayoría de quienes nos rodean, antes de tomar un libro para leer están con un celular, ejercitando sus pulgares para mandar mensajes, los cuales también dejan mucho que desear en su redacción, justamente por la falta de una disciplina de una lectura formativa e instructiva.

Debemos preguntarnos cuánto tiempo estaremos esperando para crear un proceso de regreso al placer de la lectura.

En algún momento de nuestra vida debemos dar un inicio a este proceso gratificador para nuestra niñez, y tendrá que ser con una modalidad que interese y gratifique al pequeño, para que lo asimile a su manera de ser para el resto de su vida.

En nuestros días existen tantas facilidades para tener a nuestro alcance un libro. No hay razón alguna para no crear un tiempo de lectura. Esa facilidad nos deberá hacer creativos para inducir a nuestros niños para sentarse con toda serenidad y leer, para que podamos percibir el proceso de cambios que generará en el vocabulario de ellos y también en los intereses que estarán desarrollando.

Claro está que esto no se puede hacer con campañas de motivación, sino más bien con un modo de contagio, cuando empezamos con unos pocos no tardará en difundirse en los demás, porque la primera pregunta que dos o tres niños se hacen cuando se encuentran es: ¿qué es lo que has estado haciendo? Posiblemente extraño sería escuchar que dijeran: “Me pasé leyendo un libro que me regalaron”, pero alguien deberá iniciarlo, y por qué no ser usted o yo, para crear un cambio que dejará el mejor legado para los nuestros en los años venideros.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.

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