PARALELO 30

¿Es usted terrorista?

Samuel Pérez Attias

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Esta semana la PDH impugnó la aprobación de la denominada Fundación contra el Terrorismo Mediático, bajo el argumento de contravenir el derecho a la libre expresión.

En una Democracia, el libre derecho a asociarse debe ser respetado y promovido; sin embargo, existen riesgos de que surjan fundaciones y organizaciones que se arroguen el derecho de definir y asignar conceptos que denigren o destruyan la reputación de una persona o institución, por ejemplo, acusando arbitrariamente a alguien de “Terrorista”.

En regímenes dictatoriales de derecha como de izquierda, las temidas oficinas de información asumían una función similar. Con la excusa de comunistas, traidores o disidentes perseguían a quienes amenazaran al poder concentrado. Mucha gente como usted tenía libertad de pensar, pero al ejercerla, expresándose, sería perseguida, atacada, secuestrada, torturada y/o eliminada. Donde las asimetrías de poder mediático son extremas, como en Guatemala, las leyes se quedan cortas para evitar abusos o calumnias. Recordemos que quien tiene la capacidad económica para influir en los medios tiene un enorme poder en el ethos, sobre todo en sociedades donde reinan la ignorancia y la pobreza.

Según la enciclopedia Británica, el terrorismo es el uso sistemático del terror para coaccionar a sociedades o gobiernos, utilizado por una amplia gama de pseudo-organizaciones políticas en la promoción de sus objetivos.

Según las publicaciones de la Fundaterror, el concepto de terrorista es arbitrariamente decidido por ellos, asignando tal adjetivo a su discreción e intereses, pudiendo ser usted, si hoy dice algo que a ellos no les conviene, se junta con alguien que a ellos les disgusta o expresa un sentir diferente a su agenda política/ideológica. ¿Qué tal que usted no comparte la idea de la portación de armas por civiles? Es terrorista. ¿Qué tal si cuestiona las fuentes que financian a la Fundación? Es terrorista. Y si no comparte la postura de Fundaterror en el juicio por Genocidio o la permanencia de la Cicig en Guatemala? Puede usted ser la próxima víctima: ¡Terrorista! Favorecer la protección ambiental o no apoyar la instalación de mineras o cementeras que destruyen comunidades y ecosistemas lo hará “Terrorista” según la Fundación. Fundaterror lo estigmatizará, su foto aparecerá en los panfletos. Los bancos no le darán préstamos, las empresas no le darán trabajo a un terrorista. ¿Su pecado? Ser lacra en el país por no apoyar las ideas de Fundaterror. Esta cuenta con dadivosos patrocinadores (¿quiénes?) que le permiten a Fundaterror mantenerse activos en su objetivo. El dilema está en el derecho a la libre asociación versus los límites a dicha libertad. En un país cuasianarquista como Guatemala, la ciudadanía (usted) tiene el rol de reducirles el poder a esas fundaciones, cuestionándola a ella, a sus publicaciones y a los señalamientos que hacen, limitando así ese poder que NI el mismo Ministerio de Gobernación puede controlar. #CICIGSí

Samperez1@gmail.com

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