PLUMA INVITADA

Explicación del crimen

Roberto Chávez Zepeda

|

Por la muy lamentable realidad que estamos viviendo al momento en nuestro país, me parece importante compartir, tanto para los investigadores como para  la ciudadanía, algunas ideas que he ido recopilando al respecto, relacionadas con la explicación del crimen.

Partes de esta sección han sido extraídas de un primitivo escrito titulado El futuro viable de la criminología, criminología en acción, de la Universidad de Montreal, 1968. El escrito en cuestión dice que se ha elaborado un útil modelo analítico de tres sistemas principales: cultura, sociedad y personalidad. El sistema cultural se refiere a valores y normas; el sistema social, a la estructura o la interacción grupal e individual, que se refiere a las fuerzas biosicológicas y psiquiátricas dentro del individuo. Estos son sistemas interesantes, interesados y aislados por motivos analíticos. Cada individuo es un organismo biológico, un bagaje de valores transmitidos culturalmente, un miembro de algunos grupos sociales que de tal modo interactúan con otros. Los tres sistemas están, en la realidad, engranados y combinados, pero las disciplinas del conocimiento enfocan diferentes aspectos de cada sistema.

Tanto en la criminología académica como en la mentalidad popular pueden notarse cambios en el énfasis sobre el sistema. Si el moderno análisis del crimen y del criminal puede datar desde los escritos de Cesare Lombroso en el último cuarto del siglo XIX, el énfasis en la primera etapa puede encontrarse, seguramente, en el sistema individual. Por ejemplo, sobre el criminal atávico o de nacimiento, que era un retrasado biológico en una primera etapa evolutiva, una anomalía genética caracterizada por marcados rasgos físicos como prognatismo, brazos lagos y frente oblicua.

Estudios sicológicos desde 1915 hasta la actualidad han enfatizado sobre la condición mental del individuo.

La tarea principal de dichos estudios era proyectar una tipología de personalidades, con uno o más tipos de personalidades, con uno o más tipos susceptibles de desviación en general, o hacia algún tipo específico de desviación.

Un movimiento hacia el sistema social surgió en la década de los años 20. El “entorno” solo es considerado como la escena de acción para la persona, sino como un material con el cual se construye la propia personalidad. El énfasis en la sicología social como el lado “subjetivo de la cultura social” lo coloca en proximidad con un enfoque de la personalidad y la cultura. Las personas tienen actitudes o propensión a actuar; los valores son externos al individuo y a los objetos hacia los cuales la gente tiene actitudes. Ciertas urgencias sociales, como el deseo de seguridad, de amor, satisfacción del yo, de respuestas, de reconocimiento y nuevas experiencias universales, pero de intensidad variable en distintas personalidades.

Con la noción de que el aprendizaje es parte de un modelo de respuesta que lleva a la desviación que enfatiza el sistema social y la interacción entre el individuo y su grupo, encontró un fértil campo donde desarrollarse en 1924. Ahora la persona que se convierte en criminal debido a frecuentes, largas, intensas o tempranas asociaciones con otros que fueron criminales, comparados con aquellas que no lo fueron. La asociación diferencial realmente cambió el enfoque de la Criminología, sobre el sistema de la personalidad, hacia el sistema social.

Pero todavía debía llegar otro cambio, uno que firmemente colocara el peso de la explicación en un ámbito más amplio, que tomara como causa macrofuerzas e hiciera del delincuente un individuo más cautivo del determinismo histórico, político y económico, que de su interacción biológica o personal con otros.

rochaz71 @gmail.com

ESCRITO POR: