FAROCrimen organizado

RODRIGO CASTILLO DEL CARMEN

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Uno de los de los más graves problemas que afronta la sociedad guatemalteca es el incremento de la actividad criminal organizada que ejerce su poder a través de la violencia, así como la del ejercicio de manipulación y corrupción en amplios sectores del gobierno.

Por la ejecución de actos delictivos las organizaciones criminales no se fundamentan en el ejercicio de cometer el delito, su principal objetivo es la rentabilidad económica, el delito en sí sólo constituye un instrumento para la consecución de fines materiales.

La acción criminal es el método para alcanzar el máximo de ganancias económicas.

La corrupción es una de las principales fuentes de riqueza del crimen organizado. El área más afectada es la contratación administrativa, principalmente en los procedimientos de liquidación, adjudicación y firma de contratos.

Los compromisos legales de luchar contra el narcotráfico son inadecuados porque, según lo viene denunciando el gobierno de Estados Unidos, mucho del aparato político-militar ha sido corrupto por el dinero narco y la ideología mafiosa correspondiente.

Muchos de los delincuentes organizados trabajan frecuentemente como empresarios normales que pasan abiertamente desapercibidos como ilegales y gozan de reconocimiento social como empresarios de éxito, pero de una u otra manera están vinculados con la administración estatal.

El crimen organizado ya no es el resultado de un sujeto anormal y peligroso, sino una actividad de personas altamente capacitadas y especializadas que ven una gran posibilidad de obtener riqueza y dispuestos a utilizar cualquier medio, ayudados por una aliada de inmenso poder como es la corrupción, que se fundamenta en el afán de riqueza de todo aquel que cae rendido por la tentación del dinero fácil.

La actividad criminal organizada en Guatemala ha alcanzado repercusiones a nivel mundial. Al parecer las conexiones nacionales se extienden a organizaciones de nivel internacional, convirtiéndose de esta manera en multinacionales del delito, por lo que el reto que plantea el crimen organizado para la sociedad actual amerita monumentales esfuerzos en todos los órdenes de la actividad social, cultural, legal, gubernamental y estatal.

El reto para la sociedad guatemalteca de hoy es crear condiciones para que la gente vea y comprenda que actuar de acuerdo con la ley produce ganancias individuales y sociales, y no como ahora donde el delito produce tan buenas ganancias y tan pocas restricciones, que la posibilidad de formar una empresa criminal es altamente tentadora.

Píldora de humor. -El juez le pregunta al acusado: – ¿Reconoce usted este cuchillo? -Sí, claro que lo reconozco.

– ¡Vaya, al fin lo admite! -Y cómo no lo voy a reconocer si esta semana me lo ha mostrado todos los días.

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