Cuarto, Europa comprará menos y espera vender más en el exterior.

En apoyo del quietismo, seguramente durante el 2015  los precios de los derivados del petróleo  mantendrán un precio bajo. Empero, muchas veces surge el despilfarro, por lo que no se garantiza una baja sustancial en esas importaciones que representan la quinta parte del total. Más aún, el país exporta 9 millardos (US$9,911.9) mientras importa 16 millardos (US$16,764.2), sin contar diciembre. Lo que expresa estrechez en la producción y baja productividad.

Son escasas  las tormentas perfectas. Sin embargo, puede haber una crisis en el comercio exterior. El Salvador lo prueba, está mostrando dificultades en sostener el crecimiento de su exportación por el fortalecimiento monetario de su población. Fenómeno que es similar en el país.
La señora Fanny D. Estrada lo advierte (Prensa Libre 06/01/15). Entre el 2008 y el 2014; los salarios han aumentado 25%; el salario mínimo, 67%, lo que es bueno. Pero resulta que la inflación del 25% diluye el fortalecimiento de la economía familiar. También sucede con los negocios: en el 2014, el turismo aportó un crecimiento de 4% en divisas,  pero los ingresos del sector solo subieron 1%. Para no hablar de empleo productivo, donde el paro es cuatro veces el empleo formal.

Una devaluación fortalecería la exportación y multiplicaría el poder adquisitivo de las divisas que ingresan. Obviamente, se dinamizaría la economía, pero  persiste un problema de producción, de industrialización regional, de agregar valor a los productos nacionales, de alcanzar los mercados internacionales, de conservar y almacenar, de promover productos del país a consumidores globales que ignoran que los producimos, etc.

De esto debieran hablar los candidatos presidenciales o sus representantes en el tema. ¿Será pedir  peras al olmo?

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