ESCENARIO DE VIDA

Guatemala y Nicaragua, ambos en zozobra

Es increíble pensar que estamos tan cerca del dolor que se vive en Nicaragua pero sin poder hacer mayor cosa por nicaragüenses. Al mismo tiempo, los nicas quizás sufren por la catástrofe del Volcán de Fuego pero tampoco pueden hacer mayor cosa. Ambos países están en situaciones de terror, pero por diferentes razones.

En Guatemala, la furia del volcán dejó más de un centenar de muertos. Por su lado, en Nicaragua han sido asesinados más de un centenar de estudiantes. La juventud nicaragüense emite cánticos que les libera de la tensión, buscando apaciguar al monstruo con su música, y silenciar las balas del dictador Daniel Ortega.

Se han visto muchísimas escenas escalofriantes de cientos de personas hincadas en las calles, rogando a Dios que terminen las masacres sanguinarias, pero en vez las ultiman a tiros, tan típico de un dictador.

“Ortega y Somoza son la misma cosa”, lee un cartel de los manifestantes, que están cansados de la dictadura del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y le piden a él y a la vicepresidenta que renuncien.

En Guatemala no se puede dialogar con nuestro Volcán de Fuego para que cese su furia. Pero en Nicaragua estamos hablando de un hombre de carne y hueso que debiera entrar en razón con la ayuda de la comunidad internacional.

¿Cómo se le llama a alguien que asesina a estudiantes a través de militares vestidos de civiles o que hace rociar veneno desde una avioneta a comunidades completas? Es el momento en que debe actuar la comunidad internacional, la ONU y organizaciones de derechos humanos y acabar con la locura de Ortega.

Por el momento, el malestar principal de los nicas es porque se dice que Ortega se robó las elecciones y deshizo la Constitución. Fue así como Ortega parece haber consolidado su dictadura y ahora ha ordenado un nuevo impuesto de Seguridad Social, sumado al incendio provocado en la reserva Indio-Maíz, mañosamente no controlado. Todo esto ha inducido a las insurrecciones en el país. ¡Quizás esta reserva le servía a Ortega!

¿Será que se está cometiendo genocidio? Mientras Ud. está leyendo esta columna, nuevos estudiantes están cayendo sin vida en el pavimento, por balas o veneno esparcido, como si se tratara de eliminar plagas. Por su lado, en Guatemala, los ríos se han crecido y ya ha habido nuevos lahares bajando del volcán, especialmente hacia la Costa Sur. En San Cristóbal Verapaz hay rocas sueltas que se están desprendiendo por las copiosas lluvias. En el occidente, pueblos completos se han inundado. Hay carreteras colapsadas que han dejado incomunicadas a las comunidades.

Es así como los dos países centroamericanos se mantienen en zozobra. En Nicaragua, los valientes líderes de la oposición le han perdido el miedo al gobierno represivo de Daniel Ortega y por lo visto no se detendrán en seguir protestando para salvar la democracia y reclamar su país. En Guatemala, los sobrevivientes de la erupción del volcán no se detendrán en querer encontrar los cadáveres de sus seres queridos.

Gigantescas protestas y contraprotestas han sofocado y nublado los cielos de Nicaragua con miles de bocanadas de humo de pólvora y morteros caseros. Curioso notar que en Guatemala los cielos se nublaron por el volcán, y todavía nos amenaza con flujos piroclásticos, fumarolas y retumbos. Esto agregado a las correntadas de lluvia y lahares que llevan lava, troncos y agua, que amenazan todavía a los pobladores. Dos países, dos situaciones, dos catástrofes que nos aquejan. Como dijo Sylvio Rodríguez en una canción: “Ojalá pase algo que te borre de pronto una luz cegadora, un disparo de nieve”. Mantengamos la fe de que todo esto acabará pronto.

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