SIEMPRE VERDE

Hartos de corrupción

Magalí Rey Rosa

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Lo que pasó esta semana en La Puya demuestra cómo funciona “la cosa” en Guatemala. La minera se empeña en explotar metales donde la gente del lugar no está de acuerdo. El gobierno vela por los intereses mineros; paga soldados y policías para protegerlos, con los recursos del pueblo. La gente del lugar trata de defender sus derechos pacíficamente. Y la mayoría de los medios de comunicación reporta poco la noticia. Menos uno: Canal Antigua.

Ojalá mucha gente haya visto el programa A las 8:45 el martes 26, sobre los últimos sucesos en La Puya. ¡Qué cátedra tan perfecta de lo que es mal periodismo! Los conductores del programa abordaron un tema de interés para su patrón, el parcial dueño de Canal Antigua, exministro de Energía y Minas, recién (auto)defenestrado y arraigado; exhombre de confianza del señor Pérez y re-conocido promotor de negocios mineros.

Justo ahora, cuando la población demuestra que se hartó de la corrupción y del cinismo de los funcionarios públicos, se atreven a invitar a uno de los abogados defensores de la minera, para decir que el control ambiental será excelente porque lo va a supervisar ¡el MEM! y jura, con carita de yo no fui, que todo está en orden, que la evaluación de impacto ambiental les quedó “re bonita” y que la gente buena del lugar los adora. Que son esos malos y feos de la resistencia los que no quieren diálogo. La “periodista investigativa” asegura tener fotos donde se ve gente encapuchada y violenta. ¡Qué horror! pero solo muestra fugazmente a una señora con una Biblia frente a un pelotón armado. El patético negociador gubernamental asegura que la gente no quiere diálogo (como si “dialogar” con ellos sirviera para algo…) pues solo quieren hablar con funcionarios, no con la compañía. El que fuera presidente Pérez aseguró a los líderes de la resistencia, en uno de esos diálogos que niegan que existió pero que quedó grabado, que si había algo malo con el EIA, él cancelaría la licencia. (Como si se pudiera creer en su palabra).

Cuando un(a) periodista arriesga así su profesionalismo, y pinta como criminales violentas a ciudadanas cuya valentía y pacifismo ha inspirado a miles, aquí y en otras partes del mundo, cabe preguntarse: ¿Por qué lo hace? ¿Estuvo ella alguna vez en el lugar? ¿Habló con esas mujeres, a las cuales acusa sin empacho alguno? Véalas usted: https://www.youtube.com/watch?v=VZGamghY0Vc. y https://medium.com-@gerardomonterroso_53332/lapuya-953e125ab3c8.

Nuestra situación es cada vez más intolerable. “Elegir” en estas condiciones puede ser condenar a Guatemala, pero si vamos a hacerlo, hay una pregunta que ¡ruego! hagan a quien aspire a gobernar: ¿va usted a seguir con la necedad de convertir a Guatemala en país minero? Sí o no, punto. Quien se atreva a explicar cómo su equipo sí va a hacerlo bien, insulta al pueblo de Guatemala, que ya se pronunció fuertemente en contra. Solo los socios —sean políticos, funcionarios, periodistas o empresarios— de la minería pretenden imponerla todavía, pero ya no les toca. La minería metálica aumenta los niveles de corrupción y violencia, aquí y en cualquier parte donde se la impongan. Ojalá mañana sepamos actuar nuevamente unidos por un anhelo de justicia ¡Vamos juntos a la Plaza!

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