CATALEJO
Hasta pronto, Adolfo Sun
HOY TERMINA LA GESTIÓN diplomática de Adolfo Sun, quien desde hace siete años ejerció el cargo de embajador de la República de China en Taiwán. Con Adolfo me une una larga amistad, desde cuando tuve el gusto de conocerlo con motivo de la celebración del 10 de octubre —el doble diez— de 1981, cuando era un funcionario con gran futuro de la cancillería taiwanesa. Me admiró siempre la calidad de su español, tema en el cual rivaliza su esposa Julia, catedrática universitaria de nuestro idioma. Ahora regresa a su tierra, a gozar de un retiro activo bien merecido pero con la idea de ser asesor ad honorem de la embajada guatemalteca. Se va, ciertamente, pero solo en lo físico: la huella de su entusiasmo permanecerá por muchos años.
ADOLFO SUN RECIBIÓ distinciones de San Juan Chamelco, Sanarate, Teculután, Amatitlán, Cabañas, Estanzuela, Palencia y San Antonio Suchitepéquez. Reconocimientos y condecoraciones de la Procuraduría General de la Nación y la Secretaría Administrativa de la Presidencia. Participó en la donación de 600 casas de bambú, cultivo de esa planta, dos silos en Alta Verapaz de Izabal, construcción de escuelas, reforestación en Mixco, reconstrucción del convento de Capuchinas en La Merced en La Antigua, y de la catedral de Escuintla; becas para médicos guatemaltecos en Taiwán, jornadas médicas para áreas marginales y necesitadas, donación de ambulancias para Jalpatagua, Zacapa y el Ministerio de Salud Pública.
EN LO EDUCATIVO, ADEMÁS de las becas a Taiwán, la donación de un laboratorio científico para el Quiché y donación de computadoras para comunidades necesitadas. Sin embargo, a mi juicio las dos más importantes labores humanas de Adolfo Sun son el traslado urgente de una niña de cinco años, moribunda a causa de ser víctima del terremoto del 2012 en San Marcos, y especialmente sus gestiones personales para lograr el trasplante gratuito del hígado de Santiago Palencia, de solo ocho meses, quien así pudo salvarse de una muerte segura y se fue con su madre al hospital Chang Hung Memorial, sin cobro alguno. También colaboró varios años para lograr el primer trasplante de hígado vivo de Guatemala, el único país centroamericano donde ahora se puede hacer una operación semejante.
DESDE EL PUNTO DE VISTA del beneficio en general del país, Adolfo Sun logró con sus esfuerzos el dinero taiwanés para la ampliación de la carretera al Atlántico de la ciudad hasta Sanarate, obra cuya revisión hizo posteriormente porque el contrato fue realizado por el gobierno donante. Es importante señalar sus denodados esfuerzos porque el Congreso aprobara la ampliación de la ruta mencionada entre Sanarate y El Rancho, lo cual se logró la semana pasada, justo antes del fin de su tarea diplomática, último trabajo realizado antes de retirarse del servicio a su país. La obra comenzará en enero y durará dos años, con el resultado de un enorme beneficio para el transporte de personas y de mercaderías a consecuencia de la reducción de tiempo y de costos.
UNA CARACTERÍSTICA de Adolfo Sun es su esmero por conocer, comprender y respetar a Guatemala y a los guatemaltecos. Durante el largo tiempo de su trabajo, trató con éxito de permitir a su país dejar huella en el progreso y el beneficio de ellos. Supo escuchar las necesidades de los ciudadanos y las ideas de quienes deseaban afianzar las relaciones entre dos repúblicas de pequeño tamaño, siempre con la idea de enseñarnos a los chapines todos los posibles logros en países pequeños geográficamente. Al agradecerle por todo lo realizado, más allá de sus obligaciones diplomáticas, confío en su regreso para ver cambios positivos en Guatemala y para tener el merecido honor de ser quien le toque cortar la cinta simbólica de la carretera a El Rancho.