PLUMA INVITADA

Hasta pronto, Noruega

Susana Barrios Beltranena

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El cierre de la embajada de Noruega no debe causar sorpresa. Al finalizar los acuerdos de paz, en el 2001, Guatemala iba a cerrar su embajada en Oslo, pero el embajador Berg advirtió al canciller Jorge Briz que eso arriesgaba la cooperación de su país. El nuestro cedió. La crítica interna guatemalteca comenzó a manifestarse, en referencia a que esa cooperación y la de otros países amigos era entregada a organizaciones cada vez más violentas, lo cual evidentemente contravenía el propósito de esa asistencia.

Noruega comenzó en 1976 a colaborar con Guatemala, con ayuda inmediata a raíz del terremoto, que fue consuelo para muchos y loable su tenaz trabajo en áreas indígenas. Esto es indiscutible y sería absurdo no reconocerlo. Continuó con apoyo a la región por muchos años posteriores, con resultado positivo, pero al correr del tiempo los informes consultados fueron tendenciosos e influyeron en conclusiones equivocadas.

Los noruegos no se explicaron por qué a la Consulta Popular de 1999, para reformar la Constitución y validar los acuerdos de paz, solo asistió el 18% de los ciudadanos, ni por qué la URNG, ahora partido político, haya perdido las elecciones de manera aplastante, Rigoberta Menchú fuera rechazada por la mayor parte de la población indígena, y el movimiento sindicalista guatemalteco no tuviera el éxito que tuvo el noruego.

No entendieron que sus certezas estaban influidas por grupos tendenciosos que ellos apoyaban, (sindicatos, CUC, CONIC) y reportes similares de su embajada y agencias internacionales de noticias creadas por la URNG. Nunca quisieron aceptar que los líderes de estas organizaciones invertían los recursos en actividades generalmente nefastas. No era de extrañar que ellos, como financistas, fueran cuestionados y condenados por la población trabajadora guatemalteca, que busca paz, desarrollo y armonía.

La embajada de Noruega calló ante la censura de varios sectores guatemaltecos, ante la complicidad indirecta en algunos serios actos delictivos realizados por sus protegidos. Sin duda, no quiso levantar olas, pero estas se elevaron. El 27 de abril pasado se publicó el reporte “Noruega Non Grata” en la revista Bistandsaktuelle, de Oslo, que señala la delicada situación en Guatemala. Fue dinamita y provocó profundo debate nacional. (*) En Guatemala no se supo de la conmoción interna que había porque coincidió con los días cuando la población exigía multitudinariamente la renuncia de Roxana Baldetti.

A muchos les costó creerlo. Los involucrados en ONG’s dentro de Guatemala defendieron sus posturas, pero los noruegos no podían sentirse orgullosos. El nuevo gobierno de Noruega vio romperse la historia oficial ante cada cuestionamiento, por tener supuestos falsos, mentiras, ficciones, intrigas… Habrá buscado otras fuentes de información y nuevos datos y cifras. Posiblemente entendieron que habían sido engañados; tal vez vieron que se habían involucrado, sin proponérselo, en temas turbios y por ello comprendieron que las acciones de los grupos señalados no llevan a nada positivo.

Serán otras las razones oficiales, pero la perspicaz visión de los guatemaltecos no escapa que Noruega se aleja antes de verse involucrada en los señalamientos que tarde o temprano serán llevados a juicio. Afirma que su apoyo vendrá “por otros canales”. Esperamos que la CICIG siga siendo ese canal, y exigimos que ya no ayude a los grupos que tanto daño han causado. Conociendo profundamente a los noruegos, y estoy segura de que estos desvíos a los propósitos de la cooperación no entran en sus valores.

Guatemala esperaría que regrese en un futuro cercano con una visión diferente. No con una actitud tácita de rey a mendigo, sino como asociado, para abrir negocios, importar nuestros productos, instalar fábricas, aprovechar nuestra mano de obra y los recursos hídricos, agrícolas, minerales, en beneficio mutuo. Ojalá regresen a apoyar con tecnología, y conocimiento empresarial. Guatemala necesita socios para el desarrollo, no embajadas que promuevan división.

(*Verlo traducido: http://opinionpi.com/detalle_articulo.php?id=558 y en                    yhttp://opinionpi.com/detalle_articulo.php?id=561).  

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