PLUMA INVITADA

Ideas para hacer perfectible el Estado

César Augusto Sagastume

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Al revisar las páginas escritas en  los diarios en la historia mediática se pueden encontrar valiosas ideas y sugerencias planteadas por diferentes  personas, para atender las demandas del soberano, tomándose el derecho de representar las voces silenciadas que, por causa de la opresión, no pueden expresarse para exigir sus derechos, con lo que se da  cabida a los poderosos para que puedan ocultar la verdad y justificar sus acciones en contra de la sociedad.

A cambio de esas limitaciones, es importante opinar para ayudar a los gobernantes aportando ideas y juicios que señalan la realidad nacional, tal como la pobreza, la anarquía, la violencia y la corrupción, haciendo valer el derecho de los gobernados a expresarse para minimizar el sufrimiento ciudadano.

Al hacer la cronología de la libre emisión del pensamiento, es necesario recordar a muchos personajes que fueron acallados por los gobiernos totalitaristas que en los momentos oscuros de la historia guatemalteca amordazaron y callaron a la prensa, al extremo de que llegaron a desaparecer físicamente a muchos ciudadanos que se manifestaron diciendo la verdad, porque aportaron ideas contrarias a los intereses perversos de los gobiernos que pretenden ocultar la realidad que se vive cuando el gobernante cree ser la verdad absoluta y no acepta que se le señalen sus desaciertos.

Desde 1821 aparecieron en el país los periódicos El Editor Constitucional, dirigido por Pedro Molina, y El Amigo de la Patria, de José Cecilio del Valle, apoyando la lucha independentista.

Después tomó gran desarrollo el periodismo y se publicaron siete periódicos, entre ellos La Aurora de la libertad.

Estos escritos tenían el propósito de orientar a la ciudadanía para tomar conciencia sobre la cruda realidad que se veía venir en la historia de Guatemala.

Durante la época de los gobiernos militaristas se prohibía la libre expresión del pensamiento, con el objetivo de ocultar muchas de las acciones perversas cometidas por los gobiernos que fueron la causa de la época oscura de la historia de Guatemala, durante los treinta y seis años de guerra interna, en que se pagaba con la muerte expresar ideas en las columnas de opinión de cualquier medio periodístico, en los cuales se expresaban ideas impregnadas de sabiduría para solucionar la situación que afrontaba el país.

Después de que se firmaron los acuerdos de paz firme y duradera se logró tener la libertad de opinar, escribir sugerencias y orientar a la ciudadanía sobre la temática de los nubarrones que pretenden volver a vivir los días oscuros del pasado y, ahora, sobre la maldición de la corrupción que se ha apoderado de todas las instituciones y que ha cobrado dimensiones extremas sin que el pueblo se diera cuenta de su origen porque antes no existía esta libertad, pues se vedaba la oportunidad de aportar ideas que ayudaran a gobernantes y gobernados a encontrar el norte y así se evitara que el Estado cayera en esta debacle, pues se hubieran aprovechado al máximo las sugerencias que se plasman en el pentagrama de opinión de los medios.

Las aportaciones en las columnas de opinión, entrevistas o conversatorios que se publican por distintos medios son muy valiosos, y son producto de la apertura democrática que en la mayoría de los casos busca recomponer las directrices del Estado; sin embargo, la mayoría de funcionarios desaprovechan esos aportes y se dejan en el olvido, pues no existe un ente que los capitalice para enriquecer la gestión pública, en aras de servirle de mejor manera al pueblo.

checharin.sagas@yahoo.com

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