EDITORIAL

Importante tarea del vicepresidente

El Congreso cumplió ayer con la responsabilidad de escoger al doctor Juan Alfonso Fuentes Soria para ejercer la Vicepresidencia de la República durante los 114 días faltantes para terminar el período presidencial iniciado el 14 de enero del 2012. Con esa acción puede decirse que se termina el proceso comenzado con las renuncias de los dos integrantes del Organismo Ejecutivo, ambos en prisión, lo que provocó la elección de Alejandro Maldonado Aguirre, primero como vicepresidente y ahora como presidente de la República.

La terna presentada por Maldonado estaba integrada por personas de trayectoria amplia, tanto en lo académico como en la dirigencia de instituciones políticas muy importantes. Por esa causa, la elección de ayer por la tarde es un ejemplo de que cuando los candidatos tienen calidad, no queda espacio para negociaciones y mucho menos para componendas.

El binomio presidencial completado ayer tiene la característica de estar integrado por personas que, a causa de la brevedad del tiempo que durarán en el cargo, deberán centrarse en asuntos fundamentales. Dicho en sentido figurado, van a sembrar plantas cuyos frutos serán conocidos a corto o mediano plazo, pero también deberán fijarse en solucionar problemas urgentes, además de importantes, como consecuencia del momento histórico que vive el país.

El presidente Maldonado y el vicepresidente Fuentes tienen una larga hoja de servicios a la Nación. Son personas maduras, calidad que les permite comparar hechos ocurridos ahora con otros pertenecientes al pasado, cuyas consecuencias pueden ser consideradas repetibles si no se hacen los cambios que provocaron problemas, o si se cambian las acciones que tuvieron resultados positivos.

El presidente Maldonado ha dicho, acertadamente, que el suyo es un gobierno de transición. Se puede interpretar que tiene bien claro el alcance de su radio de acción, y el hecho de la ausencia de una bancada propia en el Congreso puede convertirse en su mayor fuente de fuerza, porque su imagen ante la ciudadanía es positiva, pero la del Congreso es francamente pobre, como lo ha sido por muchos años.

La calidad de transición de este gobierno no implica que carezcan de tareas importantes tanto el mandatario como el vicegobernante. Uno de sus papeles más importantes es devolverle al cargo presidencial su prestigio per se, duramente afectado a causa de todos los acontecimientos ocurridos, sobre todo luego de las acusaciones del Ministerio Público y de la Comisión Internacional contra la Corrupción en Guatemala.

Ambos funcionarios deben tener clara la diferenciación de las actividades que a cada uno corresponden, así como el cuidado que deben tener de no ser considerados válidamente como personas sin una verdadera intención de trabajar en pro del país y sus habitantes.

Finalmente, es conveniente recordar que la tarea vicepresidencial es ayudar a que el presidente haga lo suyo, sin entrometerse. Eso lo sabe el doctor Fuentes, pero se les debe recordar a los ciudadanos, para que no malinterpreten la manera de encarar el trabajo de quien también fue llamado a servir al país en esta nueva y corta ocasión.

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