Incentivos sin sentido
Pero, ¿a quiénes han beneficiado más esos incentivos? A quienes destruyen la enorme variedad de formas de vida que resguardan esos ecosistemas naturales. El enfoque del Inab parece ser la generación de dinero, aunque eso implique la pérdida de biodiversidad y de servicios ambientales. Lo que hemos visto con el paso del tiempo es que, gracias a los fondos provenientes de incentivos forestales, los ecosistemas naturales de Guatemala se han transformado en monocultivos de árboles que tienen valor comercial.
Se incentiva a quienes talan, que además ganan dinero; pierden quienes quieren cuidar los bosques, pues dependen del agua que estos producen, por las materias primas, los sitios de recreación y gran belleza; y por la protección que ofrecen ante el cambio climático y los fenómenos naturales que se vuelven extremos con él. Esos bosques que —al final— nos benefician a todos.
Estamos cerca de una nueva temporada seca con su oleada de incendios forestales, ya hay rozas listas para ser quemadas “nomás el clima lo permita”. Pero quienes solicitaron incentivos de protección forestal no han recibido el dinero necesario para hacer las brechas cortafuegos”. ¡Para que el fuego no llegue al bosque! La responsabilidad de cada incendio que pudo ser evitado con los proyectos de incentivos forestales que finalizaron tan mañosamente, es del Inab.
Esta denuncia sobre la vulnerabilidad de la Sierra de las Minas proviene de dos ciudadanos genuinamente preocupados por sus bosques. Hace unos días Rita Roesch denunció el saqueo de jade, también en Sierra de las Minas, donde la población trató de impedirlo mientras los traficantes operaban bajo la protección de la Policía. ¡La gente está reaccionando! Pero quienes creemos que la riqueza natural de Guatemala es uno de nuestros más importantes patrimonios, y que es nuestra responsabilidad y deber trabajar para protegerla, tenemos que saber que aquí se hizo un formidable trabajo para desvencijar la (poca) institucionalidad ambiental. La ciudadanía guatemalteca está más sola que nunca pero somos muchas y muchos quienes vamos a pelear en defensa de la naturaleza de Guatemala.