CATALEJO
Inevitable efecto en las elecciones
POR LA DECISIÓN DE SEGUIR en el cargo, el presidente Otto Pérez Molina decidió enfrentarse a una crisis innegable: se encuentra acusado de liderar una red delincuencial por el Ministerio Público y la Cicig, entidad representante de la misma Organización de las Naciones Unidas; con su gabinete en proceso de desintegración; con manifestantes reunidos en la Plaza de la Constitución exigiéndole salir del puesto; con la pérdida del apoyo de la cúpula del sector privado, y el silencio de la embajada estadounidense, después de haberse manifestado a favor de dejarlo entregar el cargo el 14 de enero del 2016; con la ex vicepresidenta Roxana Baldetti prisionera en Matamoros, lo cual le afecta, por haberla defendido pese a ser indefendible.
SU EQUIPO CERCANO le recomendó tal acción, a pesar de circunstancias tan adversas. Al decidir mantenerse en el cargo debe procurar que no sea interpretado como una actitud casi caprichosa, con el peligro adicional de encontrarse a la merced de la voluntad de Manuel Baldizón, quien puede cambiar su decisión de mantener el apoyo para evitarle el retiro de la impunidad. Las elecciones se encuentran a apenas doce días de distancia, y han provocado interpretaciones contradictorias: ser las más conscientes y políticamente motivadas desde 1985 y ser el mejor logro de todo un siglo, como opina Armando de la Torre, hasta ser las más aviesas, según expresa Helmer Velásquez, ambos en sus columnas de elPeriódico. Pero aún hay otras consideraciones.
LOS GUATEMALTECOS habían sido demasiado respetuosos de las formas y de la manera de actuar, hasta el inicio, hace cuatro meses, de sus exigencias para el atraso de las elecciones, como consecuencia de la desconfianza, la apatía, la insatisfacción y el rechazo. En este marco han comenzado a manifestarse sugerencias de votar nulo o de no ir a votar, pero la insistencia de instar a los ciudadanos a hacer eso provoca sospechas de tratarse no de expresiones genuinas, sin mala intención, sino de un plan para mejorar el porcentaje de los votos de las áreas rurales y de los estratos económicamente débiles de los centros urbanos. La disminución de votantes facilitará el triunfo de candidaturas inconvenientes y eso hará crecer el desasosiego ciudadano.
LA SALIDA VOLUNTARIA DEL presidente pudo ayudar a detener el colapso político y disminuir el debilitamiento del proceso electoral, algo no solo evidente sino peligroso, sobre todo como consecuencia de no haber decidido aplicar cambios a la Ley Electoral para aplicarlos en estos comicios. La relación entre la renuncia y este necesario inicio del cambio ciudadano en referencia a la alternabilidad del poder como beneficio democrático, es un hecho no tan claro para algunas personas, pero sí importante. Dentro de dos semanas los guatemaltecos iremos a las urnas y es una obligación histórica coadyuvar a la gobernabilidad del país, en este momento a punto de perderse, como producto de una larga historia de frustración generalizada.
AL TRIBUNAL SUPREMO Electoral le corresponde actuar con la ley en la mano, desentendiéndose de cualquier posible compromiso, real o percibido, en favor de una clase política tan desprestigiada y vituperable. Lo ocurrido al presidente Pérez Molina afecta al sistema jurídico-político, al cual se le debe dar oportunidad porque no es este lo inadecuado o malo, sino son los seres humanos encargados de su aplicación. Estas dos semanas faltantes para los comicios pueden ser el escenario de cambios dramáticos para los cuales se necesita valentía y entereza. Los acontecimientos muchas veces, como ahora, marcan la ruta y al mismo tiempo permiten meditar sobre la forma como la Historia registrará las acciones derivadas de estos.