EDITORIAL

Se debe mantener calma y cordura

Hoy, a las tres de la tarde, se realizará la tercera manifestación de ciudadanos guatemaltecos, tanto en el parque central capitalino como en las plazas principales de los departamentos del país, convocada por una serie de grupos ciudadanos desconectados de la actividad política partidista, a quienes se han unido otras entidades nacionales y que repudian la corrupción.

El reto principal de esta nueva actividad pública, garantizada plenamente por la Constitución, consiste, por un lado, en efectuarla con las mismas características de orden y de autodisciplina. Han sido beneficiosas las varias publicaciones respecto de que los participantes se circunscriban a llevar pancartas para manifestar sus peticiones y exigencias, que pueden hacer a viva voz, así como interpretaciones espontáneas del himno nacional.

El Gobierno tiene una buena parte de responsabilidad de que las cosas ocurran sin que suceda nada. Por ello necesita estar preparado para proteger a los participantes y cumplir con la orden que de nuevo emanó ayer de la Corte de Constitucionalidad. Fue correcto que las medidas a este respecto hayan sido anunciadas, para evitar malas interpretaciones y situaciones potencialmente peligrosas que echarían por tierra los calificativos favorables que han despertado las dos anteriores manifestaciones.

Estas medidas precautorias deben ser tomadas y anunciadas sobre todo en las cabeceras departamentales, para que también se mantenga la misma tónica de protestar dentro del ordenamiento legal.

Todas las manifestaciones, con seguridad, incluirán peticiones para la renuncia del presidente de la República, lo que se explica sobre todo porque en este momento la credibilidad del Ejecutivo está aún más deteriorada que el mínimo 11 por ciento que arrojó la más reciente encuesta nuestra a escala nacional.

El futuro político inmediato se puede dilucidar en lo que ocurra hoy por la tarde. La crisis provocó la salida de la presión popular, pero aún no ha sacudido a más integrantes de la burocracia de alto nivel, donde se resume la desconfianza creada hace muchos años por la forma como siempre han actuado los gobiernos y los partidos políticos.

Cada vez es más evidente el nivel de la crisis, porque el vicepresidente Alejandro Maldonado Aguirre ya cometió el primer yerro inesperado e inaceptable, al nombrar de inmediato a un secretario privado que tiene un historial negativo y que según la Contraloría General de Cuentas no cuenta con finiquito, por tener cuentas pendientes con la justicia. Esto lo coloca en el riesgo de ser señalado de promover más de lo mismo. A juicio nuestro, debe buscar a otra persona, escogida entre quienes carecen de motivos para criticarlos. Como político experimentado que es, el vicegobernante sabe que los pecados en política carecen de absolución.

La lectura de las dos marchas anteriores permite prever que todo ocurrirá con normalidad. Se han unido estudiantes de todas las universidades y por ello puede decirse que los ciudadanos menores de 40 años comienzan a hacer presencia en las actividades que se convierten en los ladrillos del edificio de la historia. Mañana, esta podrá registrar un hecho sin precedentes.

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