MIRADOR
Invisibles y etéreos
En el presente proceso electoral hay visibilizadas muchas personas. Destacan ciertas joyitas, aspirantes a diputados, alcaldes y hasta el vicepresidenciable Barquín —Líder—, de quien trascendió recientemente que desde 2014 está siendo investigado por denuncias de la IVE en su contra. Por cierto, desaparecido hace semanas, quizá intentando apachar el delictivo clavo que le señaló Cicig/MP.
Sin embargo, de lo que hay poca o nula información es de los invisibles: “los fantasmas de la política”. Invisibles casi todos los candidatos a vicepresidente, apenas conocidos. Invisible la esposa (¿ex?) del candidato de Líder, de quien no sabemos nada, aparte del escándalo que organizó en Fraijanes. De llegar al poder estaría a cargo de la Sosep y podría terminar mandando más que el propio Presidente, algo de lo que ya hay experiencia en el país. Menos se sabe de quién sería el “primer damo” en caso de que Sandra Torres fuera la afortunada con el voto mayoritario. Invisible, también, la vida personal/familiar y del entorno próximo de Jimmy Morales, de quien únicamente se conoce lo que deja entrever (¿interesadamente?) en su cortísima biografía.
Invisibles los equipos de trabajo de cualquiera de ellos. Personas desconocidas que luego sorprenden y que, de conocerlas anticipadamente, podrían ser escudriñadas por una ciudadanía cada vez más desconfiada de sus políticos y exigente de que quienes lleguen al poder sean idóneos, capaces y honrados, tal como determina la Constitución.
Invisible el perfil de ciertos diputados, incorporados a las listas partidarias pero de los que se carece de información más allá de fotos retocadas o biografías con currículos engordados. Ya tuvimos la mala experiencia con los “dipukids”, especialmente con el señor Giordano, un modelo de amoralidad política, transfuguismo y ausencia de ideología. Invisibles los financistas de muchos partidos, pero especialmente los de Jimmy (FCN), que apenas hace unos meses “no existía” y ahora puntea entre los primeros. ¿Quién pone el dinero? ¿Quién mueve los hilos? Enigmas pendientes.
Sin embargo, lo más oculto de todo es cómo se van a arreglar las finanzas públicas, quienquiera que gane las elecciones. Ninguno comenta que el dinero público no llegará a fin de año porque la recaudación bajó, además del existente déficit presupuestado desde el inicio. Tampoco se sabe cómo se pactará el presupuesto 2016, entelequia que permite suponer que se extenderá el desfinanciado del 2015 y que quienes lleguen al poder deberán enfrentar el problema con más endeudamiento y menos transparencia de lo que se ha venido haciendo hasta la fecha. Mucha dosis de ingenio hace falta para no hundirnos más en el lodazal de los números, contando que los que se hagan no se modifiquen en el camino y luego afloren judicialmente en las cuentas de Chico Dólar, los Barquín o alguno de esos diputados insignias de Líder, de los que Cicig/MP evidenció su peculiar forma de vida. No hay que olvidar, en estas pocilgas políticas, ciertos municipios, como el de Villa Nueva, cuya concejala suplente pagó de “sus ahorros” la no despreciable cifra de Q40,000 para alimentar a los manifestantes de la pasada vigilia, caradura consentida, entre otras, por el alcalde Escobar —Líder—, quien evade su responsabilidad con un: ¡yo no fui!
Me preocupan los invisibles como en esas casas viejas donde el fantasma termina siendo el protagonista de la película y sustituye a los actores “principales” que se diluyen. En ellas, el terror invade al espectador y el final suele ser bastante trágico o violento.
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