La ciudad de Guatemala no es ya un sitio donde se puede transitar gozando el espacio urbano y de relacionarse con sus pares urbanos. Ya sea a pie, en carro o en bus, las limitaciones son cada día peores. Es una ciudad que poco a poco se ha ido deteriorando y convirtiendo en una urbe atrapada por el desorden urbanístico, arquitectónico, violencia y enclaustramiento. Si usted debe realizar alguna misión, piénselo por donde va a ir. Empieza en los 90, cuando las maras, originales de Guatemala, se ubicaron en los asentamientos posterremoto de 1976, llamados asentamientos de emergencia y en los barrancos alrededor del Centro. Varios planes se realizaron, como los lotes con servicio y algunos proyectos habitacionales. Pero desde 1985 se abandonaron, como los programas sociales y desde entonces los suburbios se han ido multiplicando. Como el famoso Centro Histórico, que se deteriora cada día más, pues no cuenta con un plan de Restauro y ha caído a ser un espacio marginal más.

En 1964 vivía el 71% de la población metropolitana en el municipio de Guatemala; en 1989, el 50%, y se calcula que para el 2020 solo vivirá el 24%. La Ciudad original se ha ido convirtiendo en una Metrópoli, en que la población es ya de 3.000,000 de habitantes, de los cuales 800,000 son marginales, calculando que para el 2020 se duplicará; es decir, 6.000,000 de habitantes. El municipio de Guatemala se ha convertido en un centro de servicios comerciales, industriales y administrativos, que se llena de personas provenientes de las periferias en la mañana y se vacía en la tarde anárquicamente, generando grandes atascos de transporte. Este desorden se inicia cuando la Municipalidad de Guatemala abandona Esquema de Desarrollo Metropolitano en 1985 y no se continuó con esos planes dejando a la ciudad desde entonces en manos de los “SUB-desarrolladores urbanos”. Igualmente en los municipios vecinos, donde ni unos ni otros planificaron sistemas viales y urbanos integrales para sus proyectos de lotificación y he aquí los resultados, como Cambray II, el más visible. Concentrar los servicios administrativos, industriales y comerciales solo en el municipio de Guatemala ha sido uno de los grandes errores urbanos.

La economía de este urbanismo se ha sustentado básicamente en la corrupción, en zonas grises de legalidad -evasión y elusión fiscal- en las redes de informalidad y en los gastos de seguridad con 80,000 guardias de seguridad y otras inversiones más que son ya 50% mayor que el presupuesto público en ese mismo campo. (PNUD). Solo las maras generan Q2,600 millones en extorsiones. El “desarrollo humano” de Guatemala se ha basado en las remesas que benefician a 600,000 personas, de esas que más que emigrar se exiliaron y nivelan la balanza comercial, lo cual es una falsa imagen de crecimiento de la macroeconomía. El futuro es difícil, dado que estos errores se presentan muy complejos, pues se ha dejado una ciudad sin futuro armónico en que ante la incapacidad se han dedicado a barrer, recortar plantas y dirigir el caótico tránsito que generaron.

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