PLUMA INVITADA

Las barbaridades de nuestro país

¿Cómo es posible que estemos en el Siglo XXI y existan situaciones que ya se permitían hace 50 años? Recuerdo que cuando eran los años 55-60 existía una revista que se llamaba Mecánica popular, que tenía proyectos y planes de muchos objetos que para esa época era imposible que iban a existir. Sin embargo, el tiempo contradijo este pensamiento y ahora existen muchas cosas descritas en la revista, como teléfonos inalámbricos en los autos, naves voladoras como los drones, baterías recargables con luz solar, etc. Pero aún vemos vehículos transportando objetos a simple vista que ponen en riesgo la vida de las personas. ¿Cómo podemos considerarnos un país del siglo XXI con falta de aeropuertos, un verdadero metro o transporte colectivo que no perjudique a unos y afecte a otros? Desarrollos habitacionales sin proyectos a largo plazo. Falta de desagües, agua potable, manejo de desechos, deforestación para construcción de edificios. También puedo mencionar algunas leyes que son obsoletas y solamente obstaculizan, en vez de agilizar la administración, como los antecedentes penales y policiacos, que tienen unas oficinitas con escasos recursos y empleados, para la creciente población ávida de empleo. Eso sí, cualquiera debe presentar estas constancias, de lo contrario no es candidato a un puesto simple de trabajo; sin embargo, los ministros, diputados, presidentes y vicepresidentes están exentos de estas constancias, aun cuando manejan fondos millonarios. No se diga de la presentación obligatoria de la famosa constancia de Probidad, de cuando se recibe y se entrega un cargo. Además, con quién queremos presumir de tener una oficina de lujo, un salón de lujo y tratos como realezas. Tomen como ejemplo al Papa, una persona de alta jerarquía y no quiere los tratos que dejaron sus predecesores, sino por el contrario, se considera un hombre común. Pero resulta que en este país de los desatinados aún tenemos situaciones que ya no son valederas y evidentes para cualquier ciudadano normal. Consentir a funcionarios el uso de los recursos del Estado para beneficio personal, tal es el caso de los funcionarios disfrutando de carros último modelo para transportarse, computadora, celular y pilotos para la familia. Somos un país pobre y como tal debemos ajustarnos a no tener dinero para gasolina, viáticos, etc., y no usar más del que ya tenemos porque existen otras prioridades. ¿Cómo es posible que la autoridad efectiva y de protección al ciudadano no exista? Solamente se hace cierta si se presenta una denuncia al Ministerio Público, el cual merece últimamente admiración, pero seamos realistas, solo dan importancia a los casos de alto impacto social o político. Se conoce por muchos que en la frontera con Belice existe un grupo numeroso de menonitas que viven del comercio, pero hace poco salió la noticia de que están depredando la zona boscosa y los encargados de velar que esto no suceda se hacen de la vista gorda.

gustavo.gini@hotmail.com

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