Se titula Retazos de mi vida,   publicado en diciembre de 2002. Es una obra autobiográfica de 378 páginas, que  figurará en la Primera Exposición de Libros escritos por Normalistas, cuya inauguración está programada para los primeros días  de enero próximo.

Óscar Barrios Castillo, abogado, político, académico, escritor, docente universitario y e hombre público que ejerció los más altos cargos en los organismos del Estado, fue estudiante de la Escuela Normal Central para Varones durante tres años, y lo expulsaron por haberse contado —afirm— entre los promotores de una protesta contra los castigos que el director, Alfredo Carrillo Ramírez, consintió se infligieran a niños de la Escuela de Aplicación, que funcionaba en el mismo local de la Escuela Normal.

Esa situación dio oportunidad, añade, a los normalistas para manifestar su descontento “por la remoción de nuestro querido director, don Mardoqueo García Asturias”. Y la casualidad quiso que un día antes, varios universitarios guatemaltecos fueran reprimidos por la policía ubiquista, “porque burlando la vigilancia del Gobierno, fueron a la estación la Ermita a recibir a universitarios salvadoreños, y detuvieron el ferrocarril”.

Esas acciones se dieron por separado, pero el Gobierno del general Jorge Ubico las ligó arbitrariamente y pocos días después un contingente policial irrumpió de noche en el internado y utilizando bastones de hule golpeó a varios estudiantes. Pero, los internos, utilizando palos, bates, piedras y lo que tuvieron a su alcance, repelieron a los policías.

El Gobierno respondió casi inmediatamente expulsando de la Normal a los que habían participado en esas acciones. Y los envió a prisión, donde permanecieron varios días.

Solo unos párrafos del libro se refieren al normalismo. Barrios Castillo toca con mayor extensión otros temas de interés nacional. Y lo hace con autoridad, por haber sido presidente del Congreso de la República y del Organismo Judicial, ministro de Hacienda y Crédito Público (así se llamaba antes esa cartera), miembro de la Junta Monetaria, integrante del Consejo Superior Universitario y catedrático en la educación superior durante varios años. La segunda parte contiene 163 páginas en las que reproduce interesantes documentos. Uno de ellos es el acuerdo del Ministerio de Educación por el cual expulsó a los adolescentes rebeldes. “Treinta muchachos normalistas —comenta— echados del plantel después de haber permanecido, la mayor parte de ellos, en las cárceles de las demarcaciones de policía; expulsados en grupo como un acto de venganza” oficial.

Entre los castigados figuraron el abanderado y el director de la revista Norma. Y como agresión a la inteligencia estudiantil, los profesores y el director de la escuela, para quedar bien con la dictadura, quemaron todos los ejemplares de esa publicación, recién impresa.

Otros libros que ya están listos para la citada exposición tienen los siguientes títulos: Magisterio de Guatemala ¡Presente!, de Roberto Cabrera Guzmán; Evocación histórica, creación y proceso del Instituto Normal Centroamérica (INCA), escrito por la educadora Perla Marina Cárcamo Sosa de Cabrera; Relatos sobre mi vida, de Ramiro Ponce Monroy, el mejor orador en sus tiempos de estudiante en la Escuela Normal; Nuestra época, cuyo autor es el periodista Rafael Matta Retana. Narra la historia del Instituto Normal para Varones de Oriente, de Chiquimula, donde él se graduó de maestro. Y muchos más, incluido uno acerca de la masonería en la época colonial.