BIEN PÚBLICO

Los nudos de mi memoria

Jonathan Menkos Zeissigjmenkos@gmail.com

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Interrumpo la discusión de las dos semanas previas ?sobre relatos en disputa? para recordarle que estamos a las puertas de la décima edición de la Muestra de Cine Internacional Memoria Verdad Justicia, que se realizará, del 24 al 28 de octubre, en el teatro Lux (Centro Cultural de España).

La muestra lleva por nombre “Los nudos de mi memoria”, revelándonos un fenómeno que se repite en la mayoría de películas que la componen: el intento de las generaciones de la posguerra por recuperar la historia, esa que quienes ostentan el poder han pretendido que sea borrada de libros y mallas curriculares, de los medios y de la vida política, e incluso, y por suerte inútilmente, de la justicia y de los recuerdos que nos habitan en lo individual y lo colectivo.

La mayor parte de las películas son dirigidas por mujeres que crecieron durante la guerra y, por medio del cine, nos hacen reconocer todo lo que llevamos dentro, aún ahora, como fruto de la violencia ejercida por un Estado que encontró aliados, fuerzas y justificaciones para matar a su pueblo. Algunas de ellas rinden un homenaje póstumo a los seres que perdieron y nos abren la puerta a la dimensión más íntima de la repercusión de cualquier conflicto armado: los cambios en la vida de quienes sobreviven.

Toda la Muestra nos recuerda que tenemos heridas que solo cerrarán con el rescate de una memoria basada en la verdad y la justicia, pero quisiera recomendarle especialmente “La asfixia”, dirigida por Ana Bustamante ?que se presentará el jueves 25 de octubre, a las 18:00 horas?. Ana desarrolla un relato autobiográfico y además se sumerge en la memoria de otros para intentar encontrar a su padre, Emil Bustamante, desaparecido por el ejército de Guatemala, el 13 de febrero de 1982, meses antes de que ella naciera. A lo largo de la historia aparecen conversaciones con los hermanos de Emil, incansables en la búsqueda de justicia, así como otros personajes, entre ellos el general retirado Ricardo Bustamante, primo de Emil y quien al parecer lo vio cuando ya estaba en manos del ejército, en el Cuartel General de Matamoros. El general Bustamante, según varias notas de prensa, estuvo a cargo del centro de torturas “La isla”; trabajó con Otto Pérez y, actualmente, es miembro de “la juntita” que asesora a Jimmy Morales.

En la confianza de los diálogos de Ana con su madre se descubre el dolor que ha dejado la ausencia de Emil en ambas y las muchas preguntas que no encontrarán respuesta hasta que la justicia acceda a archivos y fuentes militares que revelen su destino y den con su cuerpo ?y el de los 45,000 desaparecidos?. Yo, al conocer la historia de Emil, encuentro a alguien comprometido con su tiempo y su pueblo. Reconozco que ha sido una persona valiente, que pudiendo continuar su vida en Costa Rica, lejos de la violencia y la miseria, decide regresar a Guatemala para servir como catedrático en la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), para desarrollar programas de capacitación para campesinos y también organizar la gran marcha de mineros de Ixtahaucán.

Hace un año, entre aclamaciones y aplausos, la USAC le otorgó a Emil un doctorado Honoris Causa In Memoriam, reconociéndolo como un imprescindible, un héroe que luchó toda la vida y habló con el ejemplo. Su hija ahora nos descubre al hombre de carne y hueso que muere mientras vive, que deja viuda y huérfanas; nos presenta al individuo cuya ejemplar vida y posterior ausencia da fuerzas para buscar la justicia, pero también provoca un gran vacío.

Los mártires se imitan, sí, pero también se lloran.

Nos vemos en la Muestra.

jmenkos@gmail.com

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