SI ME PERMITE

Mi actitud al trabajo vale

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“El hombre ensancha su libertad, no cuando domina más, sino cuando es menos dominado, cuando sus facultades tienen menos trabas y cuando ha logrado remover un número mayor de obstáculos que se oponían al goce y posesión del fruto de su trabajo y de su industria.” José María Luis Mora

Cuando hemos vivido la fecha de la conmemoración del Día del Trabajo, es tiempo de evaluar aquello que todos debemos hacer por iniciativa o bien porque se nos exige, el trabajo que siempre gustamos hacer o aquello que pudimos conseguir, pero lo importante es que estamos trabajando.

A la verdad, valoramos el trabajo cuando podemos reflexionar en la actitud que tenemos para con el trabajo que desempeñamos y al observarlo cada día podamos ver aquello que pone el toque personal y que el que observa el trabajo hecho pueda ver nuestro modo personal y también la forma de hacer. Esto nos ayudará a ver que el trabajo también tiene algo de arte y la diferencia está en cada uno de nosotros.

No hay cosa más triste que ver a aquellos que hacen el trabajo, porque hay que hacerlo y no hay un involucramiento de su persona de su manera de pensar y ver las cosas; es posible que algunos de nuestros trabajos no nos dan el espacio para que incluyamos nuestra perspectiva, pero exactamente allí está el secreto de saber involucrarnos de tal manera para que si alguna vez ya no estamos frente al trabajo, la gente notará el modo o bien la manera como lo hicimos porque había una actitud muy personal que dejamos impregnada en la rutina de ese trabajo.

Muy posiblemente pensemos que en la generación de tanta tecnología está anulada nuestra iniciativa y particular manera de hacer las cosas. No debe ser así, sino todo lo contrario, podemos poner el toque más humano y aun el sentido de humor muchas veces en esa tarea y que la gente que nos observa no tanto mira lo que hacemos sino el cómo lo hacemos y lo que comenta nuestra manera particular de trabajar.

Cuando tantos lamentablemente tienen una opinión negativa o tal vez un perfil esclavizante del trabajo, usted y yo podemos hacer la diferencia de trabajar en lo mismo que ellos trabajan, pero hacerlo de un modo que pareciera que genera placer y diversión, porque está en cada uno de nosotros hacer del trabajo lo más placentero de la vida una vez que cumplimos con los requisitos que se nos pide y cubrimos los elementos mínimos que el trabajo requiere hacer, la milla extra, porque está hecha con gusto y creatividad.

Cuando nos informamos de la cantidad de gente desempleada, o bien de muy baja productividad, debemos primeramente educar a nuestra gente, cuando damos inducción para una ocupación a alguien que ocupará un puesto, o bien cuando enseñamos un oficio a alguien, debemos motivarlo y recordarle que su actitud es la carta de presentación antes de desarrollar la tarea que se le ha pedido.

Seguramente cada uno de nosotros hemos tenido la triste experiencia de tener que necesitar los servicios de alguien o bien entrado a un negocio u oficina y tener el mal sabor del modo como se nos atendió. Claro, nada podemos hacer, a lo mucho, nunca regresar a ese lugar, a menos que sea una necesidad inevitable.

Lo anterior puede ser razón para proponernos que nosotros no haremos cosa semejante, sino velar para ser lo contrario, no solo para conservar nuestro trabajo, sino para mejorar la empresa y también finalmente mejorar nuestra patria.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.