PLUMA INVITADA
¡No desperdicie!
Cada año se desperdician mil 300 millones de toneladas de alimentos en el mundo. Uno de los problemas del ser humano es ser un mal administrador de los bienes y servicios; por ejemplo, administramos mal el tiempo, la energía eléctrica, el agua, la comida, etc.
Casi en todos los órdenes de la vida tendemos a desperdiciar, y en algunas ocasiones despilfarramos, ya que primero compramos lo que queremos, y después adquirimos lo que necesitamos, cuando la actitud debe ser a la inversa.
La Biblia tiene consejos para todas las actividades del ser humano. Después de que Jesús sanó a una multitud, los discípulos se le acercaron y le dijeron: “El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud y que vayan por las aldeas y compren de comer”, ante lo cual Jesús respondió: “No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces. Jesús entonces mandó a la gente a recostarse sobre la hierba, y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantado los ojos al cielo bendijo y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud. Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños”.
Este relato bíblico esencialmente contiene dos enseñanzas para nosotros los mortales: la primera: debemos comer hasta quedar satisfechos, evitando los extremos como la gula y la avaricia, y la segunda: no debemos desperdiciar.
Como podemos notar, Jesús multiplicó los peces y los panes con la intención de que sobrara, precisamente para ilustrar cómo debemos proceder respecto del consumo de alimentos.
Para reafirmar la enseñanza, note que Jesús multiplicó panes y peces, y no pedazos de panes y de peces, con lo cual se entiende perfectamente que lo que se guardó fueron las sobras de panes y de peces. ¿Por qué se guardaron las sobras, cuando Jesús tenía el poder de multiplicar alimentos en cualquier ocasión?
La respuesta es obvia, sabiendo de antemano cómo actuamos la mayoría. No enseña que el dueño del oro y la plata, y de todo cuanto existe, no desperdicia.
La FAO y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) informan que iniciaron una campaña mundial para reducir el desperdicio de alimentos. Con esta iniciativa denominada “Piensa, aliméntate, ahorra”, ambos organismos buscan reducir los mil 300 millones de toneladas de alimentos que se desechan cada año en todo el mundo.
Ante tan espeluznante noticia, estimé pertinente referirme al tema, con la única intención de que reflexionemos sobre el particular, procurando cambiar nuestra actitud hacia el uso y consumo de alimentos, pues los únicos beneficiados somos nosotros. En ese orden de ideas debemos adoptar lo sugerido por las entidades referidas, privilegiando la alimentación y el ahorro.
Espero que esta sencilla reflexión pueda ser útil para su vida cotidiana, y que nuestra aspiración sea la de vivir mejor.
licenciadoestrada@gmail.com