CATALEJO
Opciones políticas del futuro cercano
UNA VEZ ESTABLECIDAS LAS posiciones de los diversos actores participantes en la crisis política del país, es posible analizar las opciones existentes. Debe hacerse, eso sí, con serenidad y con la mente abierta, lo cual comienza con admitir la existencia de errores y abusos, así como la toma de decisiones equivocadas, absurdas, contraproducentes o con una mezcla de esos factores. Se debe comenzar con algunos hechos innegables: Uno, Guatemala se encuentra a un poco menos de cuatro meses de la primera vuelta de las elecciones generales. Dos, la exigencia popular es la renuncia del presidente Otto Pérez Molina. Tres, ello obligaría a emplear las posibilidades incluidas en el sistema legal del país, hasta ahora con resultados positivos.
CUATRO: LOS CIUDADANOS se encuentran descontentos, decepcionados y sin ver un futuro promisorio. Los partidos políticos, sus dirigentes y los aspirantes a los cargos de elección, son vistos, por culpa de ellos mismos, como fuentes de corrupción, de transfuguismo, al punto de existir una campaña para sugerir votos nulos, en blanco, o inasistencia a las urnas. Esto tiene el riesgo enorme de darle el triunfo electoral a una candidatura caracterizada por su desfachatez y capacidad de engaño, como consecuencia de la peculiar personalidad del aspirante. Es un hecho la repetición en Guatemala de lo ocurrido en Venezuela, en Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Todo ello constituye una amalgama siniestra causante de una peligrosa desesperación ciudadana
POR OTRA PARTE, EL TIEMPO es demasiado corto y por ello es muy discutible el beneficio para el país de tener un presidente por apenas esos ocho meses antes de la entrega del poder. Otros grupos piden o exigen cambios constitucionales e incluso una nueva Constitución, posibilidad causante de pavor a causa de la forma como está integrado este Congreso, donde reina mayoría de tránsfugas, muchas veces vergonzosos. Queda crear un acuerdo político entre sectores sociales respecto a cómo hacer para permitirle a esos meses transcurrir con cierta normalidad, lo cual obviamente no incluye contubernios para seguir impidiendo el funcionamiento del sistema de justicia, al cual le toca autodepurarse para no terminar de hundir al país.
NO SE PUEDE OLVIDAR LA necesidad de reformas fundamentales a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Hacer esto constituye un buen primer paso para hacerle algunos cambios a otras leyes, pero tiene como requisito un hecho sin precedentes: llegar a un acuerdo intersectorial, en el cual también participen los políticos, y convertir al Congreso en el lugar donde sin discusiones, alegatos ni tentaciones de protagonismo, los diputados levanten la mano para aprobarlos. La mayor dificultar para vencer es cómo convencer a los parlamentarios de la necesidad de hacerlos renunciar de manera directa o indirecta a la multitud de granjerías actuales, así como a castigos contra el vergonzoso transfuguismo existente hoy en el hemiciclo.
LA LLEGADA DE MALDONADO Aguirre puede ser fundamental para lograr este acuerdo, una vez borrado su error inicial de nombrar a alguien sin finiquito como su secretario privado. Las manifestaciones de las últimas semanas han demostrado el gran nivel de civismo de los guatemaltecos. Si se presenta un plan lógico, carente de trampas, es posible lograr una actitud positiva de la ciudadanía. Se debe encontrar una ruta, una estrella del norte para navegar las ahora agitadas aguas de la política, recordando las causas, pero sin afianzarse en ellas como una forma de entrampar la solución. Este acuerdo también marcaría la forma y el estilo de la campaña política porque obligaría a hablar y a comprometerse en la mayor cantidad posible de temas para hacer de esta crisis una oportunidad de cambios reales y profundos.