CABLE A TIERRA

“Elecciones” legales pero vacías de esperanza

El sindicato de médicos del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) decidió participar en la elección de representante de los trabajadores ante la junta directiva de la institución. Esta elección se llevó a cabo el pasado jueves 28 de septiembre. Históricamente, este puesto lo han ocupado personajes que cuentan con apoyo de varios de los sindicatos mayoritarios del sector público, muchos de ellos fuertemente cuestionados por sus liderazgos opacos, por la permanencia cuasi perpetua de sus “líderes” en puestos de dirección; por operar con poca transparencia y bajo lógicas clientelares y, frecuentemente, en contubernio con las autoridades de turno a cambio de apoyo político, privilegiando en el proceso, y sobre todo, los intereses del propio liderazgo sindical, antes que los de los trabajadores, aunque formalmente se argumente lo contrario.

Frente a esta situación ampliamente conocida, y que ha restado credibilidad y apoyo al movimiento sindical por parte de la opinión pública y de los propios trabajadores, el sindicato médico del IGSS (SMIGSS) propuso como candidato a un abogado perteneciente al sindicato de trabajadores de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac). Desafortunadamente, la iniciativa de recambio de la representación de los trabajadores no tuvo éxito. Con el apoyo del Sindicato del Banco de Guatemala y de los de ocho municipalidades del país, repetirá el mismo representante de los trabajadores que ha estado por mucho tiempo en esa junta directiva, sea como titular o como suplente.

No habrá oxigenación de la representación sindical. Los trabajadores afiliados y los derechohabientes se quedarán esperando nuevamente. Seguirá todo en lo mismo, reforzando la percepción generalizada de que los sindicalistas están solo para mantener sus privilegios, justo como hacen otros grupos de interés, que han convertido a las instituciones públicas en su medio de vida.

Democracias de papel y procesos de “elección” legales pero vaciados de contenido y de esperanza. Repetimos los rituales, pero las verdaderas elecciones son acuerdos previos entre pequeños grupos que hacen de los procesos meras formalidades. Los afiliados y derechohabientes se quedarán, una vez más y durante varios años, sin poco o nada que decir sobre las políticas institucionales y la administración del patrimonio al cual contribuimos todos los trabajadores formales del país.

Difícil recordar los tiempos en que los sindicalistas eran la voz del pueblo. Difícil pensar en tantas vidas mutiladas por un afán e ideales de bien común y en lo que dirían si pudieran ver en lo que el movimiento se ha convertido.

Tal vez por eso me alegró la postura del SMIGGS. Me dio un poquito de esperanza saber que un grupo de médicos decide romper finalmente con el silencio que mantuvo por años respecto de la defensa de los derechos de los trabajadores afiliados al Seguro Social. Al IGSS, al igual que al resto de instituciones del país, le urge renovar sus liderazgos y cuadros directivos para que sea gente nueva, proba y capaz la que asuma responsabilidades de esa envergadura; para que imagine y encamine las instituciones al cumplimiento de los verdaderos fines para los cuales fueron creados.

No se logró esta vez, pero sí animo al SMIGGS y a los sindicatos que quieren liberarse de la marca funesta del acomodamiento, la corrupción, la opacidad y el tráfico de influencias, a proponerse vigilar activamente el desempeño del “representante de los trabajadores” ante el IGSS durante su nueva gestión, y exigir a él y a la Junta Directiva continuas cuentas de su actuar y de sus decisiones.

karin.slowing@gmail.com

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