PALABRAS DE PAPELA todo coche…

EDUARDO P. VILLATORO

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Le llega su sábado, sentencia el refranero popular, y aunque muchas veces la justicia camina con muletas, en otras raras ocasiones se desplaza sobre ágiles piernas en ruta despejada.

En el caso del nicaragüense Arnoldo Alemán el proceso político arrancó con prisa, superó obstáculos y se encamina a juzgar y sentenciar a ese abyecto demagogo, como le corresponde a todo aquel pícaro que llegado al poder por la vía electoral deviene en usurpador de la voluntad popular y saqueador del Estado.

Después de que fue despojado de su inmunidad legislativa, por haberse apropiado de cerca de cien millones de dólares, ahora intenta escudarse en su privilegio de diputado del Parlamento Centroamericano, para evitar el proceso judicial.

Además de que al Parlacen se le presenta la oportunidad de lavar su alicaído prestigio, ante los señalamientos de haberse convertido en refugio de dignatarios ladrones, cuando entre a deliberar el desaforo de Alemán se establecerá la voluntad política de los diferentes partidos allí representados.

De la postura que asuman los diputados guatemaltecos de todas las tendencias en el Parlacen, sobre todo del FRG y PAN, se deducirá en alguna medida lo que les espera a los funcionarios corruptos del actual régimen que hasta el momento han escabullido la justicia, frente a la debilidad de los procedimientos judiciales, mientras que otros, alardeando de su mal habida riqueza, ni siquiera han sido encausados.

Pero la futura vindicta justiciera no dependerá exclusivamente de quienes asuman el poder el próximo período, sino de la presión y la perseverancia de la sociedad civil, y en buena dosis del coraje de periodistas que no estemos dispuestos a olvidar toda clase de abusos, incluyendo disfrazadas represalias de aquellos que con petulancia administran estamentos estatales.

Durante décadas, muchos periodistas hemos visto desfilar a corrompidos y envanecidos funcionarios, y después fuimos testigos de su miseria humana en medio del delictuoso enriquecimiento.

Quedaron impunes legalmente, aunque la huella de su escarnio les quedó impregnada para siempre.

Ahora que el árbol de la democracia está madurando, estamos convencidos de que así como al expresidente nicaragüense le llega su fatal fin de semana, a muchos puercos guatemaltecos inevitablemente les espera su sábado funesto.

(Un político le contó a Romualdo que los policías nicaragüenses por poco no capturan a Alemán, porque casi no podían rodearlo, de tan gordo que es)

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