PALABRAS DE PAPELAbanderado de los pobres

EDUARDO P. VILLATORO

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Los panegíricos del neoliberalismo, especialmente de América Latina, aún no salen de su angustioso estupor ante la victoria electoral en Brasil del exobrero metalúrgico Luiz Inacio Lula da Silva, y si en sus manos estuviera no permitirían que pasado mañana asuma la presidencia de aquel vasto país sudamericano.

Este curtido exdirigente sindical, quien no tuvo la oportunidad de culminar sus estudios de secundaria y apenas logró una rudimentaria formación técnica como tornero mecánico, recibió hace pocos días, con lágrimas en los ojos, el primer diploma en sus tenaces 57 años de vida, cuya credencial lo acredita como futuro presidente de Brasil.

Bajo el riguroso y constante escrutinio de los organismos financieros internacionales, la suspicaz mirada de Washington, la despreciativa resignación de las corrientes conservadoras y la esperanzadora expectativa de sus correligionarios y de simpatizantes suyos de todo el continente, Lula da Silva ha conformado un gabinete de gobierno que, para decepción de sus más reacios detractores, no tiene el signo del radicalismo izquierdista que los atemorizó.

Con la madurez propia de un político que tiene en la mira el desarrollo económico de su país y con las calidades del estadista que se vislumbra en él, decidió colocar en posiciones claves a exponentes de influyentes sectores económicos, como el presidente de la Asociación Brasileña de Agrobussines y al personero de la más poderosa agroindustria, y tomando en consideración la importancia que revestirán las relaciones diplomáticas y comerciales de su gobierno, designó como Canciller al actual embajador en Gran Bretaña, quien ya desempeñó el mismo cargo con el gobierno de Itamar Franco y fue representante permanente de Brasil ante la ONU y la Organización Mundial del Comercio.

Para balancear su gabinete y no desatenderse en absoluto de sus prioridades sociales, encauzadas a favorecer a las masas desposeídas, Lula da Silva se rodeará en su principal equipo de trabajo, con representantes de los partidos que lo apoyaron y que lo sustentarán en el Congreso, con el PT a la cabeza, a fin de establecer el marco jurídico y legislativo que permita sacar de la miseria y el abandono a millones de brasileños que se debaten entre las ignorancia y la explotación. Un presidente abanderado de los pobres.

(Acompañado de turistas brasileños, Romualdo volvió a leer este rótulo en el puesto de un marchante del mercado Colón: Al hacer su compra de Navidad, exija su abrazo de Año Nuevo).

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