PALABRAS DE PAPELSólo para mujeres

EDUARDO P. VILLATORO

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No importa que sean solteras o casadas, viudas o divorciadas, altas o chaparras, morenas o canches, flacas o gordas, nostálgicas o soñadoras, jóvenes o maduras, mayas o ladinas, hogareñas o paseadoras, melancólicas o jacarandosas, este artículo está dedicado al gracioso, risueño y amable sexo femenino.

Debo señalar, antes que nada, en descargo ante mis vengativos congéneres, que no soy el autor de estos apuntes, y de ahí que su contenido no refleja necesariamente mi modesta opinión, sino, en todo caso, el de mi joven amiga y paisana Lucky Wug de De León, quien me reenvió un mensaje por medio del correo electrónico, después de que publiqué un artículo referente a un curso intensivo organizado por el Instituto de Formación para Hombres.

Anticipo, asimismo, que el mensaje constituye una velada acusación de insensibilidad, hipocresía e infidelidad de los varones en su relación con el exquisito género femenino. Así que los hombres ya están sobreaviso, no digan después que no se los advertí. He aquí los argumentos: ¿Quién entiende a los hombres?

Si sos tierna con ellos, sos una cursi: si sos áspera, sos una insensible. Si no te arreglás, sos una descuidada: si lo hacés, es para coquetear con otro. Si no trabajás, sos una simple ama de casa sin perspectivas; si lo hacés y ganás más que ellos, se ponen furiosos. Si ellos siempre pagan en el restaurante, el cine y otros lugares, sos una aprovechada; pero si lo hacés vos, los querés menospreciar. Si te acostás con ellos, sos una ninfómana alocada; si no lo hacés, no los querés y sos una malvada frígida.

Si ellos ascienden de puesto en el trabajo, es por sus capacidades; si lo hacés vos, es porque te acostaste con el jefe. Si ellos ven a otras mujeres, es por su naturaleza humana; si vos mirás a otros, sos una infiel descarada. Si salís con un hombre que no tiene dinero, sos una retrasada mental; pero si salís con un pistudo, sos una vulgar interesada.

Si a los 30 años no se casan, son solteros codiciados; si vos a esa misma edad no te has casado, ya te dejó el tren. Si estás de mal humor, sos una neurótica; si ellos están de malas pulgas, algún grave problema deben estar tratando de resolver. Si sos fea, no te pasan bola; pero si sos guapa e inteligente, te tienen miedo. Si te ponen los cuernos y seguís con ellos, sos una pobre estúpida; si son infieles y los dejás, no tenés aguante y sos muy poco comprensiva.

Si tienen una amante es porque en su casa no encuentran lo que necesitan; si sos vos la que tenés un segundo frente, ¡ah sos una pu…ñetera!. Si ellos andan con una más joven, qué buen gusto tienen; si vos lo hacés, es sólo porque te están haciendo la campaña de no andar sola. Si están intolerables, debés comprenderlos porque tuvieron un mal día en su trabajo; si sos vos la que estás remolona, es que estás en tus días o sos neurasténica. Si no los cuidas ni los mimas, ni tenés caliente la comida y la ropa impecable, sos una inútil; pero si cumplís con todo y más, ¡te dejan por otra!

Además, los hombres buena gente son feos, y los hombres guapos no son buena gente. Los hombres guapos y buena gente son gays, mientras que los hombres guapos, buena gente y heterosexuales son casados. Los hombres no tan guapos y buena gente no tienen dinero, y los hombres no tan guapos, pero buena gente y con dinero, creen que sólo estamos tras su plata. Los hombres guapos y sin dinero sí están en pos de nuestro dinero.

Los hombres guapos, no tan buena gente no creen que somos bonitas, y los hombres que creen que somos bonitas, que son razonablemente buena gente y tienen dinero, son unos cobardes. Los hombres que son guapos, relativamente buena gente y tienen algún dinero, son tímidos y nunca toman la iniciativa. Mujeres: ¿quién entiende a los hombres?

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