EDITORIAL
Peligra préstamo otorgado por Taiwán
El Congreso de la República, que termina su tarea el 14 de enero, tiene la oportunidad de mejorar en algo su actual mala imagen, con la simple acción de aprobar en tercera lectura la “cooperación financiera no reembolsable” de 50 millones de dólares que Taiwán tiene preparada para que se pueda continuar la necesaria ampliación de la vital carretera al Atlántico en su tramo entre Sanarate y El Rancho.
Guatemala debe poner una contraparte, en condiciones muy favorables, que además se traducen en beneficios directos para el progreso nacional. El Congreso también debe tener claro que si no lo aprueba antes del final de la misión del embajador Adolfo Sun, lo que ocurrirá el 30 de septiembre, todo lo ganado puede perderse, porque uno de los factores de este logro es, sin duda alguna, el interés de un diplomático que se ha distinguido por colaborar con Guatemala en docenas de temas. Los trámites previos fueron terminados en febrero de este año, pero en el Congreso no ha habido eco para la aprobación final.
La ampliación de la carretera al Atlántico es un proyecto en el que Taiwán comenzó a cooperar desde el año 2006, en sus etapas Guatemala-Agua Caliente, el llamado puente La Amistad, y la ampliación hasta Sanarate. Queda ahora la parte señalada antes. La importancia de la obra se puede entender porque contribuye a reducir el congestionamiento vehicular, el tiempo del viaje de personas y productos, aumenta la seguridad vial y fortalece el crecimiento del país. Es ventajoso para Guatemala que sea reducido el promedio de 18 kilómetros por hora en el transporte, lo que incide en los precios. México, por ejemplo, en este aspecto tiene un promedio de 48 kilómetros.
Una ventaja de la forma como Taiwán ha financiado los proyectos es que los supervisa directamente y escoge a quienes los han ejecutado. De esa manera se afianza la posibilidad de que los costos sean reales y no afecten a Guatemala, porque el dinero lo entrega directamente el país donante a los constructores.
El beneficio para Guatemala es a todas luces indudable, por los efectos positivos de la obra, pero ahora el Congreso guatemalteco tiene la oportunidad de beneficiarse directamente. Una de las razones de que no haya sido aprobada la tercera lectura señalada antes es el interés existente entre un grupo de diputados porque la ampliación se efectuara en condiciones distintas en las cuales existiera la posibilidad de manejos oscuros.
Los jefes de bancada tienen la oportunidad de hacer las gestiones para que ese punto sea tratado y aprobado a la mayor brevedad posible. Si bien se debe reunir una serie de condiciones, existen las posibilidades de que el trámite sea llenado por medio de los mecanismos de asuntos urgentes. La urgencia es ahora el resultado de que no se haya hecho desde junio del 2014, cuando fue firmado el convenio entre Taiwán y Guatemala.
En un breve resumen, los legisladores solo necesitan comprender que no cumplir con este requisito legal tendrá como resultado un atraso, talvez de años, de la ampliación de la carretera que ha sido bautizada como la yugular del país, por su vital importancia para la economía nacional. La primera elección ya pasó. Ahora pueden trabajar por Guatemala.