La sociedad del siglo XXI está dominada por el dinero, corrupta y sin valores arquitectónicos urbanos en que las profesiones educadas en arquitectura y urbanismo han quedado en manos del Caballero don Dinero. Esto viene primero desde Estados Unidos a través de las remesas, que están deformando el medio del país.  Por otro lado, por la  cooptación del Estado de Guatemala, descubierto por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala  o de los que no tienen capacidad, ni formación.  Y así las profesiones de arquitectura y urbanismo han ido perdiendo sus principios filosóficos junto a los demás problemas, en que tanto el valor de la tierra como la obra arquitectónica están sumidos ante la especulación.

Son las universidades que deberán adquirir una dinámica de acuerdo a la civilización por venir. Deberán impulsar la calidad de la arquitectura y el urbanismo y educar para mejorar los proyectos para lo cual existe aquella “Perspectiva renacentista”, que hoy fácilmente puede ser expresada por las máquinas, que es el sistema que mejor expresa la manera de entender el espacio como reflejo de una concepción global de la estructura de la realidad: “con la invención de la perspectiva, la moderna noción del individualismo halló su contrapartida artística que ocurre desde Roma al Barroco“. La perspectiva representó una nueva forma de entender el espacio como algo universal, comprensible y controlable mediante la razón. Es en este momento, cuando dialogía e intersubjetividad son herramientas fundamentales en su búsqueda. Del mismo modo, una mirada inclusiva la convierte en un parámetro de diseño y evaluación de la ciudad.

Tenemos casos como los proyectos con desarrollos sin manejar, que habían identificado los programas y proyectos específicos orientados a consolidar funcionalmente la estructura metropolitana, creando canales adecuados para impulsar el desarrollo ordenado que generarían los Centros Urbanos junto al gobierno central, que previno esto y que fue planificado durante la Alcaldía de Manuel Colom Argueta 1970, mediante el Esquema de Ordenamiento Metropolitano. Así se ha dado un fenómeno expansivo conocido como conurbación, formando “La Gran Ciudad”, que cuenta hoy con casi tres millones de habitantes ubicados en los municipios del departamento de Guatemala. Además, su función y forma ha influido en el fenómeno de la segregación, exclusión de la tierra y seguridad urbana, producto de la desorganización y violencia por la pobreza y que ha generado el crimen organizado y el narcotráfico, en que los municipios vecinos van a servir de barrios dormitorio para emigrantes.

Y es así como la ciudad de Guatemala, planteada en el Edom, se ha convertido en una economía de aglomeración que concentra todas las actividades económicas urbanas, que es la que todos sufren todos los días, como el hacinamiento del transporte anárquico, contaminación, ruido y humo, pobreza y la violencia en manos de pandillas. Los municipios vecinos van a servir de barrios dormitorio de los inmigrantes rurales. La crisis actual urbana ha llegado a que emigren hacia los Estados Unidos, habiendo aproximadamente un millón seiscientos mil habitantes viviendo allá, los cuales hubieran estado en el área metropolitana. Sobre todo con la nueva política de inmigración de Mr. Trump, que le declaró la guerra a la Mara Salvatrucha y la expulsará, y solo aceptarán inmigrantes “preparados, que sepan hablar inglés”. Por lo que todo esto no es solo para estructuras privadas, cuando es el Estado quien deberá responder a esta situación.