Empecemos por establecer algo que los sucesivos gobiernos no han cumplido: El artículo constitucional No. 20: “Es deber del Estado garantizar la vida, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral”. Pero irónicamente el señor presidente ofrece “mano de obra barata para hacer el muro” que nos quebraría económicamente. Toda cultura incorpora su propia manera de metáfora lingüística y expresiones verbales. En tales casos, la traducción requerirá un cuidado extra y quizás una explicación como “la mano de obra barata”. “La ironía llega a la expresión de un comportamiento inapropiado. La ironía a menudo requiere de un bagaje cultural que debe tenerse en cuenta, y como una forma de hablar de una lengua determinada, la ironía a veces no puede ser perfectamente traducida”. Pues esta “oferta” sería otra de las amenazas a la economía de Guatemala con respecto a la balanza comercial, la cual es nivelada por las remesas de los emigrantes. Cualquier modificación a este modelo puede significar una grave crisis en la estabilidad económica y social de Guatemala. El déficit comercial de Guatemala ha crecido en los últimos años y puede llegar a los US$5,998,300.

Las llamadas maras provienen de Estados Unidos y son producto de los procesos de tugurización de la Ciudad de Guatemala. Según la Cepal: son jóvenes que ven reducidas sus oportunidades de experimentar una pertenencia a la comunidad con derechos y obligaciones con similaridad de problemas y recompensa con sus pares de otras clases sociales. La OIM estima que entre seis mil a 12 mil nuevos emigrantes arriban a los Estados Unidos desde México cada año. Los guatemaltecos que entran ilegalmente, tanto a México como a Estados Unidos, están sujetos a la deportación. Y son esos centroamericanos también los que pasan por el territorio de Guatemala y aprovechan la falta de control territorial que existe.

La OIM estima que cada año varios de los 60 mil guatemaltecos son deportados desde México y un promedio de 18 mil, desde los Estados Unidos, en los que se incluyen miembros de las pandillas, “maras”, que han colaborado a que la violencia haya crecido al regresar a Guatemala. Son 150 mil emigrantes los que se van de Guatemala al año, equivalente al 3% de la población; la mayoría de la población está entre los 8 a los 30 años, son tres millones 354 mil 195 jóvenes, de los cuales un millón 462 mil 755 están dentro de los márgenes de los que potencialmente se pueden involucrar en la delincuencia, economía informal o emigración hacia los Estados Unidos. 150 mil jóvenes se agregan anualmente a la población económicamente activa. El 67% de los jóvenes viven de la economía informal y devengan US$2 al día, que es estar debajo de la pobreza. Muchos provienen de tugurios, viviendo en condiciones de hacinamiento. El 25% de la población en Guatemala carece de educación y solo una cuarta parte tiene educación primaria.

El “desarrollo humano” de Guatemala está basado en las remesas, que benefician directamente a 600 mil personas. Estas nivelan la balanza comercial, lo cual se sitúa en una falsa imagen al crecimiento de la macroeconomía. “A pesar de que se ha pronosticado un crecimiento del 5.1%, el déficit comercial es una nube negra que solo las remesas están neutralizando”, son personas que se trasladan de Guatemala con el fin de trabajar allá. El desempleo abierto estaría entre el 3% al 4%; es decir 200 mil personas. Para resolver este problema se necesitaría crear empleos para estos cada año. Muchos trabajan con bajos ingresos, esos que el Sr. presidente propone metafóricamente, y que son los que están en más riesgo de involucrarse en el crimen organizado.

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