Interpelándonos así: ¿Realmente hacemos lo que decimos? ¿Cómo hacemos efectiva la moral en nuestros actos sin dañar a terceros? ¿Damos amor desinteresado al prójimo?

El segundo examen debe realizarse en cuanto al ejercicio de nuestra profesión u oficio, con la idea de determinar: ¿Cuál es el valor agregado que otorgamos a nuestro trabajo? ¿Cómo contribuimos a la producción de más y mejor conocimiento? ¿Cómo la eticidad forma parte de nuestros rituales laboristas? El quehacer profesional implica cánones de rectitud, transparencia, eficacia, competitividad, análisis crítico y transformativo.

Pero fundamentalmente significa una tarea compleja: ser consistentes ideológicamente ante las perversas leyes del mercado laboral. Es decir, conservar un mínimo pliego de principios filosóficos que dan identidad al profesional y que deben ser inquebrantables ante las mieles del poder, la codicia, la corrupción y la impunidad. Estos dos ámbitos, en la mayoría de los casos, son restringidos, privados o incluso secretos —dependiendo de si el nicho laboral es ilícito, anclado en las entrañas del inframundo político—, dichas evaluaciones nos vinculan directa e indirectamente con nuestra familia y con las lógicas gremialistas.

La tercera reflexión hace hincapié en nuestro compromiso colectivo, que significa trascender del ámbito privado hacia el campo de lo societal, de lo público-estatal. Encarna el verdadero culmen de las transformaciones estructurales, esas de mediano y largo plazos que necesitan de una identidad nacional, responsabilidad como sujetos políticos y compromiso democrático para y con el país.

Esta dimensión requiere de un renacimiento profundo como ciudadanos, como funcionarios públicos, como empresarios organizados, como agentes de la cooperación internacional, donde las preguntas obligadas son: ¿Qué legado político quiero dejarle a las futuras generaciones? ¿Qué estoy dispuesto a sacrificar de mi zona de confort privada para construir la justicia social? ¿Cómo renuncio a mi individualidad, privilegios sectoriales y mezquindad por los demás? P.D. Feliz Navidad Guatemalita y conciudadanos.

framont@gmail.com