VENTANA

Renovarnos o morir

|

Cada vez que llega el mes de octubre y celebramos la Revolución del 44, recuerdo la imagen de la antorcha creativa que dejó encendida Juan José Arévalo, para que un futuro gobierno, innovador, honesto, justo, con un espíritu de grandeza y permanencia como él le otorgó a Guatemala, la recibiera, y, en su momento, renovara su legado.

Arévalo soñó en grande para Guatemala y tuvo el coraje de construir sus sueños. Recuerdo la anécdota que él me contó. El 3 de septiembre de 1944, Arévalo aterrizó en el aeropuerto La Aurora, procedente de Argentina, luego de aceptar su candidatura presidencial. Miles de chapines acudieron a recibirlo y exclamaban: “¡Viva Arévalo!”. Arévalo respondió: “¡Juntos forjaremos una nueva Guatemala!”. Y así sucedió. Durante su gobierno encontró soluciones a problemas fundamentales. Instauró el Escalafón, como garantía a los derechos de los docentes del magisterio. Construyó las Escuelas tipo Federación, con el ideal de la integración centroamericana. Introdujo el Código de Trabajo. Fundó el Seguro Social, el Banco de Guatemala, la Ciudad Olímpica. Nos impulsó hacia la modernidad.

Ha transcurrido más de medio siglo desde su mandato. En mi opinión, ningún otro gobernante tomó su antorcha para seguirlo. Todo lo contrario, nos estancamos hasta que, a partir de abril de este año, una luz empezó a iluminar nuestro oscuro sendero y nos dimos cuenta de que estábamos en un punto de no retorno. “Nos renovamos o morimos”, agregó el Clarinero.

Anton Alberts (1927-1999), holandés, visionario, arquitecto orgánico, pionero en el diseño de edificios “verdes”, como el NMB Bank, en Ámsterdam, tenía la tesis de que el estancamiento en una persona, como en un país, genera enfermedad y violencia. Su enfoque se sale de la lógica racional moderna que interpreta la realidad de manera pendular. Conocemos lo bello por lo feo, la guerra por la paz. “Etiquetamos a la quietud como la paz, porque nos sentimos seguros, pero esa clase de paz es peligrosa porque es la opuesta a la guerra”. Para Alberts, la verdadera paz tiene que ver con la evolución que implica cambios, no adaptabilidad al medioambiente. Implica un “próximo paso”, porque en la naturaleza todo cambia constantemente.

Para Alberts, la naturaleza evoluciona, no solo desde la competencia y la selección natural, como lo planteó Darwin, sino desde los hallazgos de la nueva biología, que demuestra que la red de la vida evoluciona gracias al milagro de la cooperación y de la creatividad. “Es por ello muy importante investigar cómo podemos darle a las personas las herramientas para que sean creativas”, decía Alberts. “La agresividad es creatividad frustrada”. Un país crece orgánicamente. Si se estanca habrá violencia y corrupción, que es lo que nos ha estado pasando.

Se avecinan las elecciones. No queremos otros cuatro años más de desgobierno y estancamiento. El TSE debe dar otro “paso adelante.” No debe permitir que los diputados señalados de ilícitos asuman sus curules en enero del 2016. La antorcha creativa de Arévalo sigue siendo un reto para las nuevas generaciones. O vamos hacia el encuentro de nuestro potencial o morimos.

clarinerormr@hotmail.com

ESCRITO POR: