Repudiables actos de precandidatos

Eso es mucho más preocupante cuando esas expresiones de intolerancia afloran  antes de que se hagan con el poder,  como ocurre  con el precandidato presidencial del partido Libertad Democrática Renovada, Manuel Baldizón, quien  ha creado una red de medios de comunicación para  generar comentarios favorables a su proyecto político, pero sobre todo para  arremeter contra quienes lo critican en  medios informativos independientes. Sus negativas públicas a esta verdad son otra burla.

Eso es lo que acaba de ocurrir con los virulentos ataques e intimidaciones, cargados de descalificaciones, que desde sus pasquines ha lanzado contra los periodistas Juan Luis Font y Pedro Trujillo, de la revista Contrapoder, a quienes sindica de integrar una red de corrupción proclive al Gobierno, lo cual  debería encausarse por las vías jurisdiccionales correspondientes. Esos señalamientos  pierden validez cuando  provienen de franjas televisivas o impresos carentes de legitimidad, que  solo tienen el propósito de arremeter contra quienes los critican.

Lo más repudiable de  tales conductas es que Baldizón no está solo en semejantes despropósitos, pues  el pasado miércoles también se conocía de una acción relacionada con el precandidato del Partido Patriota, Alejandro Sinibaldi, contra la periodista Jéssica Gramajo, de Prensa Libre, a quien le fue bloqueada la cuenta de Twitter, por supuestamente haber violado su privacidad. Aunque el aspirante desmintió dicha acción, el tuit que sirvió de argumento decía:  “Ministro de Comunicaciones, Alejandro Sinibialdi, recibe multa de Q500 por no portar chaleco en su moto”.

Sin embargo, estas nuevas muestras de intolerancia son reiterativas, pues ya antes el presidente Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti han emprendido acciones legales en contra del presidente de elPeriódico, Jose Rubén Zamora, por publicaciones en las que se cuestiona el origen de su patrimonio, a lo que  se suman acciones  para asfixiar financieramente a ese medio. Cabe recordar que otras muestras de prepotencia son las llamadas a otros medios de comunicación cuando alguna información no es de su agrado.

Desafortunadamente, Guatemala está inmersa en un historial de intolerancia que se remonta a varios gobiernos, el cual se ha ejercido con similares modalidades, como fue el caso de la revista Crónica, que no soportó el cerco comercial que le impuso el gobierno de Álvaro Arzú. Ante estos nuevos ataques, expresamos nuestra solidaridad con el gremio periodístico, ya que dichas acciones son una seria amenaza contra la Prensa y la libertad de expresión, que es un derecho humano irrenunciable y por tanto su eliminación afecta a todos los ciudadanos.

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