Más retrocesos, menos avances

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de rendición de los guatemaltecos honestos, es decir de la mayoría, ante los tradicionales y lamentables desmanes de todo tipo realizados por quienes se encuentran en el ejercicio de los puestos públicos. Nada nuevo. Lástima grande.

ESTE RETROCESO tiene sus manifestaciones más claras en el campo político. Este 2013 fue el año de la rebelión de los politiqueros contra la autoridad del Tribunal Supremo Electoral. Se lanzaron a la lucha electoral dos años antes de los próximos comicios y ya se ven las huellas de semejante actitud, ejemplo claro de la certeza de la impunidad: carreteras con piedras y árboles pintarrajeados con los colores de los supuestos partidos políticos y el nombre del dueño y mandamás de una turba electorera. Otros lo hacen vía las enormes vallas donde aparecen, exageradamente “fotoshopeadas” las caras de quienes aspiran a llegar al poder para continuar con tantos años de saqueo de los fondos públicos, vía la corrupción en cualquiera de sus formas.

EL CASO DEL ORGANISMO Ejecutivo es igual de desolador. Errores muy difíciles de explicar en campos tan problemáticos como el de las drogas, o en el de las relaciones internacionales del país, campo donde han ocurrido los yerros relativos a la Palestina y a China Continental. En el tema de declaraciones erróneas, los ejemplos también son numerosos, en especial los cometidos por la vicepresidenta Roxana Baldetti, quien ahora debe explicar si su no desmentido deseo de candidatura a la alcaldía capitalina implica su renuncia al cargo actual, así como cuál es la base de su afirmación acerca de la presunta relación de los alcaldes fronterizos con dinero del narcotráfico, con excepción —claro está— de los pertenecientes a las filas patriotistas.

EL PANORAMA EDUCATIVO también anda en la calle. Los hospitales carecen de medicinas, las carreteras están en un estado muy diferente a como lo señala la propaganda del candidato oficial Alejandro Sinibaldi. La entrega de la llamada bolsa segura para los sectores pobres del país también ha dejado mucho qué desear, mientras el gobierno insiste en gastar cientos de millones de quetzales en unos juegos de escaso interés local e internacional. En Gobernación ha habido algunos avances en cuanto a agregar a más agentes al servicio, pero es innegable la victoria de las fuerzas de la delincuencia contra las de seguridad. Las llamadas fuerzas de tarea, término militar adoptado por el gobierno, aún hacen esperar resultados suficientes.

EN RESUMEN, ESTE SEGUNdo año de gobierno patriotista permite predecir un cambio de partido de gobierno en las elecciones del 2015, lo cual no constituye ninguna novedad. Ante este panorama a nadie debe extrañar el alto índice de percepción de corrupción existente en el país. El año 2013 pasó, como bien reza el dicho, con mucha pena y muy poca gloria. Se evidencia a mi juicio una falta de planificación en demasiados frentes de la administración pública, así como una capacidad inexistente en los cuadros medios. De esto, el Congreso es el ejemplo más claro. El reto entonces consiste en entender la gravedad de las consecuencias y actuar. Insto a hacerlo a quienes me honran con su lectura, y les deseo cordialmente feliz año 2014.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.