ESCENARIO DE VIDA
San Cristóbal El Alto, importante destino turístico
Hoy les contaré una historia. Recién estuve en San Cristóbal El Alto, una de las 22 aldeas que forman el municipio de Antigua Guatemala, y créanme, amigos lectores, que me llevé la sorpresa de mi vida. Situado a cinco kilómetros del parque central, aproximadamente a 15 minutos de la misma y a una altura de 1,840 metros sobre el nivel del mar, este pequeño paraíso me dejó estupefacta.
La primera vez que estuve allí fue en el 2016, cuando fui invitada a una ceremonia maya, y fue sorprendente encontrarme con senderismo de montaña, el tour del pueblo y el tour del café. Se inició con 22 socios fundadores y su gran atracción es definitivamente el bellísimo cerro El Cucurucho, visitado por turistas de todas partes del mundo.
Desde sus orígenes, los pobladores de San Cristóbal El Alto decidieron que era importante trabajar en comunidad. Aunque pequeño en territorio, se han sabido ganar la reputación de ser un destino turístico. Fruto de esos esfuerzos es que a azadón, piocha y pala diseñaron el camino cuesta arriba en la montaña, el que hoy nos permite llegar a visitarlos.
Si hablamos de aldeas “modelo” para ser replicadas en todo Guatemala, esta debiera ser una de ellas. Los comunitarios han trabajado arduamente para lograr colmar sus sueños y están teniendo muchos éxitos. Fruto de esos esfuerzos es el restaurante Cerro de San Cristóbal, que posee no solo comida sana, sino quizás de las mejores vistas panorámicas de toda la ciudad de Antigua Guatemala. Allí también encontramos un pequeño hotel ecológico, cómodo y campestre, y ventas de productos locales como dulces típicos y miel de abejas, entre otros.
El éxito de esta comunidad es gracias a la actitud de amabilidad, servicio y esfuerzo comunitario que les caracteriza. Han diseñado una red de captación de agua que proviene de varios nacimientos que encontramos en el cerro El Cucurucho. Los tanques de captación de agua abastecen sus pilas y a través de mucho esfuerzo han logrado gestionar la electricidad y el agua potable para la comunidad. Se trata de un grupo de vecinos soñadores, visionarios y con grandes deseos de que los habitantes de este pequeño paraíso tengan otras oportunidades y alternativas. De tal forma que en el año 2012 fundaron la Cooperativa Senderos del Alto y ahora se dedican al turismo comunitario rural. Su esfuerzo ha sido constante y su sentido de lealtad se transmite a los más pequeños.
Si platicamos con Alfonso Xicay o con José Ángel Méndez, miembros del Cocode, nos damos cuenta de que para ellos el secreto es la educación. Poseen una biblioteca, sala de computación, una escuela con profesores dedicados y educación musical. Y en este último renglón les agrego que ha sido comprobado que el conocimiento de un instrumento musical mejora la capacidad de aprendizaje de un niño e incrementa doblemente su rendimiento académico. De allí parte su éxito.
Pero en lo que atañe a la parte ambiental, han diseñado un programa de recolección y banco de semillas originarias de la zona, programas de reforestación, instalación de estufas ahorradoras, y el uso de bolsas de tela para evitar las plásticas. Es por todas estas razones que tengo la certeza que en esta aldea se están haciendo las cosas bien. Y es por esta misma razón que sugiero les visiten y conozcan el modelo que están utilizando, útil y replicable para el resto del país.
Hoy les invito a sintonizar la segunda parte del programa Los secretos mejor guardados del Lago de Amatitlán. Comprobarán que sí hay soluciones para salvarlo, pero depende de que el Congreso colabore. No se lo pierdan hoy sábado, a las 2.30 pm, solo por Guatevisión.
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